ROMA, 7 (EUROPA PRESS)
Los 368 participantes del Sínodo sobre la Sinodalidad –que concluirán el próximo 26 de octubre con la votación de un documento final que será entregado al Papa– han reflexionado en la segunda semana de trabajos sobre el reparto de “responsabilidades” entre sacerdotes y laicos en la Iglesia católica, al tiempo que han recogido las posturas de algunas mujeres que quieren ser sacerdotes y no diáconos.
“Algunas mujeres sienten que están llamadas al sacerdocio, y no al diaconado”, ha asegurado en la rueda de prensa qué ha tenido lugar en el Vaticano, tras la primera pausa de las reuniones la presidenta de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), hermana Mary Teresa Barron.
Barron ha asegurado que el papel de la mujer en la Iglesia –tema que el Papa ha querido dejar fuera del Sínodo y para el que ha instituido un grupo de trabajo técnico específico– no ha tenido “más presiones externas” que las que haya podido haber en otros temas.
En la asamblea celebrada el pasado 5 de octubre se acordó que los participantes del Sínodo pudieran dialogar con los 10 grupos de trabajo creados por el Papa en marzo para tratar los temas más controvertidos que han surgido durante este proceso del Sínodo, que arrancó en 2021 con la misión de hacer de la Iglesia un lugar más inclusivo.
Todos estos temas — entre los que figuran la escucha del clamor de los pobres; la misión en el contexto digital; los criterios de selección de los candidatos al episcopado y el discernimiento sobre cuestiones doctrinales, pastorales y éticas controvertidas– surgieron durante la primera Asamblea de 2023. Sin embargo, precisamente por su complejidad, no iban a tratarse específicamente en la cita de octubre de 2024.
“En algunas zonas del mundo el papel de la mujer en la Iglesia es pleno, en otras no, es un problema cultural. Hay muchas posibilidades que hay que explorar para ver qué opciones son posibles”, ha remarcado Barron.
En todo caso, el arzobispo de Bombay, el cardenal Oswald Gracias, que también forma parte del grupo de purpurados (conocido como C9), que integran los colaboradores más estrechos del Papa, ha asegurado que hay que incluir la cuestión de la mujer dentro del tema que debate el papel de los laicos en la iglesia.
“La vocación de los laicos cristianos y de las familias podría realizarse, por ejemplo, en los hospitales o en las escuelas. Hay que valorizar adecuadamente el papel de las mujeres y de los hombres que trabajan en la Iglesia”, ha dicho. Así, ha confirmado que se debe considerar toda la cuestión del papel de la mujer en la Iglesia de “una manera muy amplia, con referencia a los ministerios y la misión en la Iglesia”.
Y ha subrayado: “El tema de las mujeres en la vida de la Iglesia es importante, ahora todos nos sentimos cómodos hablando de ello”. Con todo, ha asegurado que los procesos de cambios son “lentos” en la iglesia y que no se puede “cambiar todo con un chasquido de dedos”.
En cuanto a la cuestión del diaconado femenino, el cardenal –miembro del Consejo de Cardenales C9 desde 2014– ha reconocido que el Papa nombró una Comisión de técnicos pero que “los resultados obtenidos no estaban claros” y que por eso confió el tema a los expertos que se ocupan de “cuestiones teológicas.” “En las últimas reuniones del C9 hubo una sesión dedicada enteramente al papel de la mujer en la Iglesia, un tema que siempre ha sido de particular importancia para el Santo Padre y por el que ha mostrado gran interés”, ha detallado.
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