MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
Un aumento del tiempo sedentario desde la infancia se asocia con un aumento significativo de la concentración de insulina en sangre,. por lo que la actividad física ligera podría reducir el riesgo de exceso de insulina y resistencia a la insulina, según un estudio realizado en colaboración entre las Universidades de Bristol y Exeter (Reino Unido) y la Universidad del Este de Finlandia, y publicado en el ‘Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism’.
Basado en datos de Children of the 90s de la Universidad de Bristol, el estudio incluyó a 792 niños seguidos de 11 a 24 años de edad. Al inicio, dedicaban un promedio de seis horas por día a actividades sedentarias, que aumentaron a nueve horas por día durante el seguimiento. Este aumento del tiempo sedentario se asoció con niveles continuamente más altos de insulina en sangre en ayunas, especialmente entre los jóvenes con sobrepeso y obesidad, cuyo riesgo de exceso de insulina aumentó en un 20 por ciento.
Por el contrario, una media de actividad física ligera (LPA) de 3-4 horas diarias durante todo el seguimiento disminuyó el riesgo de exceso de insulina en un 20 por ciento. Un LPA más alto también se asoció con una menor resistencia a la insulina.
La participación en actividad física de moderada a vigorosa (MVPA) mostró signos de reducción de la insulina, pero en mucho menor medida. Resultados anteriores de la misma cohorte han relacionado el sedentarismo con la obesidad, la dislipidemia, la inflamación y el daño vascular prematuro. Los investigadores también han observado un círculo vicioso de obesidad y empeoramiento de la resistencia a la insulina.
La actividad física ligera está surgiendo como un enfoque eficaz para revertir el efecto nocivo del sedentarismo infantil. Sin embargo, no se ha examinado antes si la exposición prolongada al LPA desde la infancia reduce el exceso de glucosa, la insulina y la resistencia a la insulina. Esto se debe a que solo unos pocos estudios han medido repetidamente todos estos factores en una gran población de jóvenes sanos.
El estudio actual es el mayor y más largo estudio de seguimiento del comportamiento del movimiento medido con un acelerómetro y de la glucosa, la insulina y la resistencia a la insulina en el mundo. Los participantes usaron acelerómetros en la cintura a los 11, 15 y 24 años durante 4 a 7 días y se les midio la glucosa y la insulina en ayunas a los 15, 17 y 24 años. Sus muestras de sangre en ayunas también se midieron repetidamente para determinar el colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad, el colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad, los triglicéridos y la proteína C reactiva de alta sensibilidad.
En los análisis se controló la presión arterial, la frecuencia cardíaca, el tabaquismo, el nivel socioeconómico y los antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares.
“Llamando a las cosas por su nombre, nuestros estudios recientes han identificado el sedentarismo infantil como un monstruo que amenaza a la población joven en todo el mundo, no gracias al uso excesivo de la pantalla”, dice el médico galardonado y profesor asociado (docente) de epidemiología clínica y salud infantil en la Universidad del Este de Finlandia, Andrew Agbaje.
“El sedentarismo debe reconocerse como una de las causas independientes del siglo XXI de exceso de insulina, obesidad grasa, niveles elevados de lípidos, inflamación y rigidez arterial”, añade.
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