MADRID, 26 (SERVIMEDIA)
El presidente de Foro Nuclear, Ignacio Araluce, denunció este miércoles que el marco regulatorio de la energía nuclear en España es “lesivo” para el sector y defendió que las centrales podrían estar preparadas para operar hasta los 80 años si se modificara.
Así se expresó Araluce en una rueda de prensa de balance del sector en 2022, año en que produjo el 20,5% de la energía en el país pese a contar con menos del 6% de la potencia instalada, quedando por detrás de los ciclos combinados de gas y la producción eólica.
En cuanto al marco regulatorio, lamentó que supone “una barrera de entrada” ya que los impuestos y la tasa pagada a Enresa por la gestión de los residuos supone el mayor coste del sector, por encima del combustible, los contratistas o los trabajadores.
Pese a ello, aseguró que “los márgenes no son para forrarse pero estamos contentos”, aunque admitió que cuando los precios de la electricidad son muy bajos las centrales se ven obligadas a bajar la producción porque no cubre ni siquiera los costes de funcionamiento.
A este respecto, advirtió de que “eso es algo que irá ocurriendo bastante más en el futuro” como consecuencia de la mayor implantación de las renovables que lleva a que en algunos momentos pueda haber más generación de lo necesario.
En relación con la negativa del Gobierno a revisar el plan de cierre de las centrales en la actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec), mostró su malestar puesto que defendió la necesidad de que se utilice la energía nuclear para poder cumplir con los objetivos de reducción de emisiones.
Como ejemplo, denunció que en 2022, como consecuencia de la mayor utilización de los ciclos combinados de gas y del carbón para compensar la baja producción hidráulica, las emisiones del sistema eléctrico en España se dispararon un 23,8%, algo que puede ser habitual en el futuro cuando vayan cerrando las centrales.
En este contexto, celebró que la Comisión Europea haya incluido a la nuclear en la taxonomía verde, lo que le permitirá recibir un tratamiento económico, fiscal y de acceso a los mercados favorable como el que tienen las renovables al reconocer que es una fuente de generación necesaria para afrontar la transición energética.
En todo caso, aseguró que las centrales cumplirán el compromiso de seguir operando entre 2027 y 2035 y que, por ello, ya se ha solicitado la prórroga de la licencia de Trillo (Guadalajara), que finaliza en 2024, por 10 años más.
“Nosotros trabajamos con ese escenario pero las centrales están perfectas y técnicamente pueden funcionar mucho más tiempo si alguien decidiera lo contrario”, concluyó Araluce, aunque advirtió de que debería cambiar el marco regulatorio.
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