De lo contrario los fabricantes deberían detener la producción de unos dos millones de vehículos
MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
Los fabricantes automovilísticos europeos están presionando a través de los órganos ejecutivos de la Unión Europea para que la Comisión que dirige la alemana Úrsula von der Leyen retrase dos años los objetivos de emisiones contaminantes de 2025 para el sector.
La actual normativa comunitaria tiene como objetivo que el parque móvil emita unos 95 gramos de dióxido de carbono por kilómetro y vehículo lo que obligaría a los fabricantes a detener la producción de unos dos millones de vehículos o exponerse a multas que podrían alcanzar los 13.000 millones de euros en el caso del segmento de turismos, según las estimaciones de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA, por sus sigas en inglés) al que ha tenido acceso la agencia ‘Bloomberg’ y que recoge Europa Press.
En este sentido, los fabricantes de vehículos comerciales también podrían enfrentarse al pago de hasta 3.000 millones de euros adicionales por no alcanzar los objetivos climáticos, según alertaba esta semana el consejero delegado de Renault, Luca de Meo, quien ha advertido de que algunos fabricantes –entre ellos Volkswagen– podrían incurrir en multas por no ser capaces de avanzar al ritmo que piden las autoridades públicas en la transición hacia el vehículo eléctrico.
“La UE atraviesa una crisis provocada por la baja demanda de vehículos eléctricos por parte de los consumidores y la competencia desleal de los fabricantes de vehículos eléctricos de terceros países, lo que significa que la industria de la UE no podrá cumplir estos objetivos de reducción”, alerta la organización para añadir que la industria “no tendrá más remedio” que reducir “significativamente” la producción, lo que “pone en peligro millones de puestos de trabajo, perjudica a los consumidores e incide negativamente en la competitividad” del bloque comunitario.
El conjunto de países europeos asegura que el bloque “carece de las condiciones cruciales para la adopción por parte del mercado masivo de automóviles y furgonetas de cero emisiones” como la infraestructura de carga y recarga de hidrógeno, un entorno de fabricación competitivo, energía verde asequible, incentivos fiscales y de compra, y un suministro seguro de materias primas, hidrógeno y baterías.
De forma oficial, la patronal de los fabricantes reclama un retraso de dos años en el cumplimiento de los objetivos de emisiones de CO2 de la UE para 2025 y, entonces, la imposición de multas –por valor de 5.000 millones de euros en caso de incumplimiento–, siendo Volkswagen, Renault, Stellantis y Ford las compañías más expuestas.
Según los cálculos del sector, para que el mercado automovilístico europeo en su conjunto cumpla las normas más estrictas sobre emisiones de 2025, la cuota de vehículos eléctricos en turismos y furgonetas debería situarse entre el 20% y el 22%, lejos de los parámetros actuales, que están por debajo del 15% en el caso de los turismos y mucho más bajo en el de las furgonetas.
A más largo plazo, la UE prevé eliminar progresivamente la venta de vehículos nuevos con motor de combustión para 2035, aunque ya se ha avanzado que en 2026 se revisará el objetivo.
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