Apuesta por la colaboración público-privada y pide al Gobierno impulsar una regulación facilitadora y defender al sector en Europa
MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
El futuro del sector agrícola español pasa por un proceso de transformación sustentado en la innovación y la sostenibilidad que debe tener en cuenta a todos los agentes que forman parte de la cadena de valor, según han puesto de manifiesto directivos de diversas compañías ligadas a la industria agroalimentaria.
Así lo han señalado durante la mesa redonda ‘Estrategias de Innovación y Sostenibilidad’, enmarcada en el encuentro ‘Retos y Oportunidades del sector Alimentario’, organizado por Europa Press e inaugurado por el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.
En el debate han participado el director general de Sostenibilidad y Desarrollo Agroalimentario de Grupo Cooperativo Cajamar, Roberto García Torrente; el director general de Carpisa Foods, Carlos Quintas; la directora de Planificación Estratégica, Reputación y Sostenibilidad de Mahou San Miguel, Beatriz Herrera; el director General del Consejo Regulador de DOCa Rioja, José Luis Lapuente, y el director de Asuntos Públicos y Sostenibilidad de Bayer Crop Science, Jordi Arnalte.
Los agentes, integrantes de compañías que operan en diferentes etapas de la cadena alimentaria, han coincidido en que el futuro del sector pasa por la sostenibilidad; la importancia del uso de herramientas innovadoras, como la Inteligencia Artificial, para la mejora de los procesos, y el papel de la manufacturación a la hora de impactar positivamente en el territorio.
Con una visión transversal del sector, García Torrente ha destacado que en los último años el objetivo del sector agroalimentario no es únicamente satisfacer las necesidades de alimentos de la población, sino ser “un factor fundamental en la lucha contra el cambio climático” y ser sostenibles, un reto que, a su juicio, se va a conseguir, pero con “tiempo” porque es necesario invertir en investigación.
Como productor del sector, Quintas ha apuntado a que la calidad de la alimentación ya no se limita a que los productos sean seguros o ricos, sino que deben estar fabricados o producidos de una manera “sostenible, respetuosa con el medioambiente”, para lo que es necesario invertir en tecnología, un “esfuerzo bien importante” que ha hecho el sector y que ha puesto en valor.
Desde el sector cervecero, Herrera ha destacado el momento transformador actual, que ha llevado a las compañías a “tener una estrategia en la que el negocio incorpora la sostenibilidad como una palanca de transformación, de innovación y de competitividad”. Además, ha mostrado su preocupación por el progreso y el desarrollo económico, con el foco puesto en la cadena de valor, la neutralidad de carbono y el consumo consciente.
En la misma línea, el director general del Consejo Regulador de DOCa Rioja ha destacado la importancia de la sostenibilidad medioambiental, pero también de la “sostenibilidad económica” y ha apostado por recurrir a tecnologías de vanguardia, como la IA, para alcanzarla.
Desde un papel investigador, como el de Bayer Crop Science, Jordi Arnalte, ha resaltado la apuesta por “la innovación y el futuro” con proyectos relacionados con la agricultura de precisión o el lanzamiento de nuevos tipos de semillas. Se trata, ha dicho, de “dar herramientas a los agricultores” para que sean capaces “de garantizar la producción alimentaria, produciendo más con menos consumos y con un mejor desempeño”.
INNOVAR PARA IMPACTAR EN EL TERRITORIO
García Torrente, desde Cajamar, ha afirmado que “prácticamente todas las zonas rurales son productoras de alimentos”, pero ha apuntado que hay dos factores fundamentales que influyen en que el impacto que puede tener el sector agrario sea mayor sobre un determinado territorio: el agua, ya que en las zonas de regadío se genera más empleo; y no limitarse a la actividad primaria, sino ampliar la actividad la transformación de los alimentos o generación de tecnologías.
“Yo creo que el sector agroalimentario tiene una capacidad de transformar los territorios, es una alternativa para las zonas rurales, pero siempre y cuando no nos dedicamos solo a producir la materia prima, sino que llevemos a cabo o la transformación de la misma o invirtamos en generar nuevas tecnologías”, ha remarcado.
Por su parte, el director general de Carpisa Food ha validado la idea señalando que su planta de Ciudad Rodrigo (Salamanca) ha permitido generar 60 empleos directos, además de más indirectos, lo que supone llevar riqueza a una zona rural. Además, ha remarcado el valor de la dehesa, un bien que España tiene desde siempre y que es “una manera muy sostenible de hacer agricultura”.
Para la directiva de Mahou San Miguel, la huella industrial es “una riqueza fundamental, tanto como la medioambiental”. Su manera de hacer negocio, ha dicho, mira “a largo plazo” y busca dejar “una huella local importante” y un “legado futuro” y por ello, es “clave” apostar por la innovación y la transformación.
En este mismo ámbito, Lapuente ha resaltado el poder del vino para fijar población y ha apostado por el enoturismo, que puede suponer la generación de 200 millones de euros al año de los 1.500 que supone el negocio del vino. Además, ha remarcado que La Rioja es un “distrito agroindustrial”, donde no solo se cultiva uva, sino que hay asentado un clúster industrial vinculado al sector.
El directivo de Bayer Crop Science ha apuntado al “efecto impulsor” que tiene la compañía, por su papel a la hora de dotar de “herramientas útiles y de futuro al agricultor”, lo que le permite ser rentable, atractiva y facilitar el relevo generacional.
PONER EN VALOR EL SECTOR Y REGLAS FACILITADORAS”
Dentro de las peticiones al ministro del ramo, Arnalte ha reclamado que escuche las necesidades reales del agricultor, que siga apostando por la ciencia para tomar decisiones y que trabaje en revalorizar y dar prestigio al sector.
Desde el Consejo Regulador de DOCa Rioja, Lapuente ha pedido “sensibilidad” con el sector para evitar su “demonización”, proactividad en Europa y simplificación administrativa.
Herrera, del ámbito cervecero, ha abogado por acompasar la regulación nacional y autonómica con la europea, tener cuidado con querer ser “punta de lanza” en sostenibilidad porque muchas pymes puede que no estén preparadas, colaboración público-privada y por poner en valor el sector.
Como parte de la industria cárnica, Quintas ha apostado por huir de la polarización, algo que, según ha indicado, también afecta a la sostenibilidad, así como por imponer las cláusulas espejo para aquellos que aquellos que importan productos lo hagan con las mismas reglas de juego.
También ha incidido en las normas el representante de Cajamar, quien ha abogado por reglas “facilitadoras” y no “limitativas”, así como por colaboración público-privada.
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