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El Secretario General de la ONU, Guterres, ha expresado su repudio hacia el fallecimiento de ciudadanos comunes en Sudán y ha solicitado que se proceda a enjuiciar a aquellos que sean responsables de los delitos cometidos

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MADRID, 17 (EUROPA PRESS)

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha condenado este domingo la muerte de civiles en Sudán, incluidos tres miembros del Programa Mundial de Alimentos (PMA), durante los combates entre el Ejército sudanés y los paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), al tiempo que ha exigido que los responsables sean “llevados ante la justicia sin demora”.

Guterres, que se ha mostrado “profundamente preocupado por los continuos enfrentamientos, ha denunciado que las instalaciones de la ONU y de otras organizaciones humanitarias también han sido alcanzadas por proyectiles y saqueadas en varios lugares de Darfur.

Según reza un comunicado del portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric, el secretario general de la ONU ha recordado “a las partes la necesidad de respetar el Derecho Internacional, incluida la obligación de garantizar la seguridad de todo el personal de Naciones Unidas y el personal asociado, sus locales y sus bienes”.

Asimismo, ha reiterado su llamamiento al cese inmediato de los combates y la vuelta al diálogo, mientras que ha mostrado su disposición a seguir colaborando con los dirigentes regionales y las partes interesadas para encontrar una salida a esta crisis.

Las principales organizaciones civiles y partidos políticos de Sudán han reclamado al unísono durante el fin de semana no solo el fin de los combates entre el Ejército sudanés y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), sino también el final de la “militarización” que ha dominado “el espacio público” el país durante décadas y, en particular, desde el derrocamiento hace cuatro años del dictador Omar al Bashir tras una revolución en la que los civiles fueron parte instrumental.

El país africano estaba gobernado antes del estallido de los combates por una junta liderada por el general Abdelfatá al Burhan que tenía como ‘número dos’ al cabecilla militar de las RSF, Mohamed Hamdan Dagalo, alias ‘Hemedti’. Las discrepancias entre ambos sobre la integración paramilitar en un futuro ejército unificado acabaron degenerando en este conflicto.


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