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El recién nombrado arzobispo de Madrid hace un llamado a establecer un “pacto global” en la lucha contra el aislamiento social

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MADRID, 17 (SERVIMEDIA)

El nuevo arzobispo de Madrid, José Cobo, ha llamado a afrontar el problema de la soledad a través de un “pacto global” y “no sólo de la Iglesia”, aunque esta institución está “dispuesta” a “visibilizar el problema”: “Un montón de gente acude a las parroquias como a un salvavidas, escapando de soledades no deseadas, intensas”.

Así lo aseguró en una entrevista en Servimedia tras su reciente nombramiento por la Santa Sede para llevar las riendas de la Iglesia madrileña, responsabilidad que tomará efecto el próximo 8 de julio, cuando releve a su predecesor, el cardenal Carlos Osoro.

Según Cobo, su intención es lograr que cada una de las 476 parroquias de la archidiócesis de Madrid, donde sirven unos 2.000 sacerdotes, sean “casas donde cualquiera pueda acudir”.

“Las parroquias también se están movilizando porque la soledad se combate con fraternidad: movilizando a gente como vecinos y como creyentes que ayuden a humanizar la ciudad ¿No? Estamos metidos en casas cerradas con siete cerraduras. Las casas hay que abrirlas. Yo creo que la parroquia y nuestras parroquias pueden ser pequeños gérmenes de casas de acogida; gérmenes de vecinos que aprenden a ser vecinos; que aprenden a no solo ver ‘cómo estoy yo’, sino y ‘mi vecina de arriba, ¿cómo está?’”, como se dio en Madrid en los años 70 del siglo pasado, recordó el prelado, que cree crucial “recuperarlo”.

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VECINDAD HUMANA Y AMABLE

Para Cobo, “no hay que meterse en los pisos, sino aprender a ser vecinos, y la Iglesia puede ayudarnos a vivir una vecindad mucho más humana y amable”, como también se puso de relieve durante la pandemia: “Como estaba cerrada, la parroquia era cada casa de los parroquianos”, pues estos ayudaban a sus vecinos de portal como promovió Cáritas tras la irrupción de la covid-19.

Con este planteamiento, el arzobispo electo de Madrid sigue la línea que plantea el Observatorio de la Soledad no Deseada de Fundación ONCE (SoledadES), que considera que una forma útil de abordar este fenómeno es que las autoridades concernidas se avengan a poner en marcha “medidas eficaces” que “hagan barrio”, que “hagan comunidad”.

Así lo puso de manifiesto hace unos días su presidenta, Matilde Fernández, durante su participación en un acto también celebrado en Servimedia en el que se profundizó en las conclusiones del estudio ‘El coste de la soledad no deseada en España’, elaborado por SoledadES en colaboración con Nextdoor.

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RETOS

Además de combatir la soledad de las personas, el nuevo arzobispo se plantea otros retos en la etapa que comienza en una diócesis “grande y viva”. Cobo es un arzobispo joven (57 años) y cree que su nombramiento anima a pensar que el Papa quiere poner en marcha un “proceso” que durará varios años en la archidiócesis. Ese proceso consistirá en “mirar a Madrid como ciudad de misión” y “articular la vida de la iglesia para responder a esa misión”.

La lucha contra la pobreza y buscar el bien común “de todos”, también para quienes están condenados en las “bolsas de pobreza” a pesar de que se construyan rascacielos y los políticos se feliciten de la prosperidad económica en su conjunto, es otro de los objetivos de Cobo.

El nuevo arzobispo también aspira a trabajar contra el desarraigo, el individualismo, la pérdida de sentido y “una sociedad muy violenta”, en la que sus integrantes no se reconocen “como personas”, sino como rivales. “La violencia es manifestación de perdida de sentido”, resumió.

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“Estamos muy perdidos”, continuó, por lo que en esa situación “nos aferramos a las ideologías y a etiquetas”. “Las ideologías intentan imponer una idea de sociedad. La fe nos enseña a ver personas, no ideas, a acercarnos y no ver rivales, sino rostros”, concluyó.


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