MADRID, 07 (SERVIMEDIA)
El 39% de las mujeres españolas han pensado en crear su propia empresa, en línea con la media europea, situada en un 40%, aunque la mayoría no lo hacen por afrontar barreras diversas, entre las que destaca, en primer lugar, la falta de financiación.
Esta es una de las conclusiones del estudio ‘Mujer y Emprendimiento’ de Mastercard, que refleja que las mujeres con mayor espíritu emprendedor en Europa son las portuguesas (62%), las polacas (47%) y las griegas (46%), por encima del promedio continental.
La falta de financiación (32%), el riesgo de fracaso (31%) y la falta de recursos financieros (27%) son las principales barreras que frenan el espíritu emprendedor de las mujeres españolas. Además, a un tercio (33%) les gustaría crear su propia empresa, pero la falta de confianza en sí mismas les frena a hacerlo, un porcentaje que aumenta hasta casi la mitad (45%) entre las mujeres de la generación millennial.
Para subsanar ese déficit de confianza, el estudio destaca que la formación sobre cómo elaborar un plan de empresa (27%) y la mayor disponibilidad y accesibilidad a las subvenciones para las pequeñas empresas (25%) son los dos factores que más confianza darían a las mujeres españolas a la hora de crear su propia empresa.
El cuidado de los hijos como una razón para no crear una empresa es mencionado de manera similar tanto por los hombres como las mujeres en España (6%), a diferencia de Europa, donde las mujeres (6%) son ligeramente más propensas que los hombres (4%) a destacar esta razón.
A pesar de estas barreras y las dificultades que se presentan a la hora de crear un negocio, el estudio demuestra que las mujeres no tiran la toalla, ya que el 38% de las encuestadas asegura que tiene la intención de emprender en el futuro, una cifra superior a la media europea (34%).
La investigación desvela, asimismo, que en España la mitad (49%) de los hombres y el 43% de las mujeres se consideran emprendedores, un sentimiento que se profundiza entre las generaciones más jóvenes: la generación millennial (51%) y la Z (46%) muestran más interés por el emprendimiento que las generaciones X (44%) y la baby boom (43%), datos que coinciden con la tendencia europea.
Los sectores preferidos por las mujeres para emprender un negocio son hostelería y ocio (13% vs. 10% de media europea); cosmética (12% vs. 10% de media europea); cuidado de niños (12% vs. 9% de media europea); y el comercio online (12% vs 16% de media europea). El sector de la informática es el que más brecha presenta, ya que los hombres tienen más interés (16%) que las mujeres (5%) en emprender en este campo.
Además, una de cada cinco mujeres españolas (16%) tienen un negocio paralelo a su ocupación prioritaria. Las principales razones que llevan a las mujeres a iniciar una actividad paralela son ganar más dinero (60%), ahorrar dinero para un objetivo específico (37%) y obtener independencia financiera (34%).
El estudio también ha querido interesarse por la realidad de las mujeres españolas que ya han emprendido, aquellas que han dado el paso de levantar su propio negocio. En este sentido, cuando se pregunta por los motivos que las llevaron a crear su empresa, las razones más citadas son: perseguir su sueño (49%), buscar un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal (49%), el sentimiento de que era el momento adecuado en su vida (44%) y la voluntad de no trabajar para nadie más (42%).
Además, el informe señala que una cuarta parte (24%) de las emprendedoras afirma que la falta de confianza en sí mismas era un motivo de preocupación, pero ningún hombre lo menciona como un elemento que les frenase. Además, el 40% de las emprendedoras afirma que el mayor reto fue no saber por dónde empezar a la hora de elaborar el plan de negocio inicial, y tres de cada diez (31%) dice que fue encontrar la financiación para empezar.
Sobre las expectativas de futuro de sus negocios, la mayoría (67%) de los emprendedores encuestados – tanto hombres como mujeres- esperan que sus ingresos aumenten en los próximos cinco años. Sin embargo, las empresarias españolas son mucho más optimistas que los hombres, ya que el 13% espera un crecimiento superior al 50 % en los próximos cinco años, frente al 4% de los hombres.
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