MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
El primer ministro palestino, Muhamad Shtayé, ha calificado este miércoles de “terroristas y racistas” los comentarios realizados por el ministro de Finanzas de Israel, el ultraderechista Bezalel Smotrich, que declaró que la ciudad cisjordana de Huwara, escenario de un ataque por parte de colonos, debería ser “arrasada”.
Shtayé, que ha advertido de una peligrosa escalada de la violencia, ha sostenido que las palabras del ministro israelí son una prueba para que sea juzgado, al considerar que “por sí solas son suficientes para llevarlo ante la justicia internacional”.
Así, ha indicado que “constituyen una incitación oficial a cometer nuevas masacres contra los ciudadanos de la ciudad, y pueblos y aldeas vecinas, que todavía viven bajo el peso del horrible crimen cometido por los soldados”, según recoge la agencia de noticias Wafa.
“Las declaraciones de Smotrich revelan lo que los funcionarios israelíes han estado ocultando de las políticas y prácticas terroristas, que conocíamos y de las que tratamos de convencer al mundo, hasta que han aparecido de manera flagrante y sin equivocación”, ha explicado Shtayé.
El jefe de Gobierno palestino ha manifestado que el pueblo palestino, “que ha practicado la firmeza, la confrontación y el desafío de las políticas y prácticas terroristas israelíes, frustrándolas durante los últimos años”, es capaz de “confrontar las declaraciones de Smotrich, (el ministro de Seguridad Nacional, Itamar) Ben Gvir y otros funcionarios extremistas.
Con todo, ha agradecido la condena de Estados Unidos, a través del portavoz del Departamento de Estado, en cuanto a las declaraciones pronunciadas este miércoles y que Washington ha tildado de “repugnantes e irresponsables”.
También ha instado de nuevo a la ONU, la Unión Europea y otras organizaciones internacionales a que condenen estos comentarios y “activen resoluciones internacionales para boicotear a Israel, responsabilizándolo por sus crímenes”.
Durante el fin de semana, decenas de colonos israelíes mataron a un palestino, hirieron a más de un centenar de civiles y quemaron decenas de casas y coches en la localidad cisjordana de Huwara, tras un atentado en el que murieron dos israelíes.
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