MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
El primer ministro del estado alemán de Baja Sajonia, Stephan Weil, ha pedido al fabricante de vehículos Volkswagen “conversaciones urgentes” con los empleados y el comité de empresa para solventar cuanto antes la crisis en la que se encuentra la automovilística tras anunciar el posible cierre de plantas en el país y los consecuentes despidos.
El estado de Baja Sajonia alberga la sede central de VW en la ciudad de Wolfsburgo y varias de las plantas principales del grupo en el país. El estado también posee una participación minoritaria sustancial en la compañía, la empresa matriz de la marca y el mayor fabricante de automóviles de Europa, al controlar el 20% de los derechos de voto.
Tanto Weil como la viceprimera ministra de Baja Sajonia, Julia Willie Hamburg, del partido de ‘Los Verdes’, forman parte del consejo de supervisión de la empresa y, de ponerse del lado de los trabajadores, podrían ejercer mayoría en el consejo y forzar a la empresa a adoptar decisiones contrarias al criterio de la dirección.
“Se nota claramente que los acontecimientos ocurridos desde principios de la semana pasada han causado una gran preocupación en Volkswagen”, ha asegurado el político socialdemócrata para añadir que en la planta de Emden, donde el grupo emplea a unas 8.000 personas, existe una especial tensión.
SUPRESIÓN DE LA PROTECCIÓN AL DESPIDO
Estas declaraciones políticas se producen unas horas después de que Volkswagen rescindiera este pasado miércoles varios convenios colectivos en Alemania, entre los que se encuentra la garantía que protegía hasta ahora –y estaba previsto que lo hiciera hasta 2029– a los trabajadores contra el despido por motivos operativos, abriendo la puerta a los recortes de plantilla a partir de julio de 2025.
El principal objetivo de VW es recuperar la rentabilidad de su marca homónima de turismos, cuyos márgenes de beneficio se están reduciendo en medio de una transición a los vehículos eléctricos, una desaceleración del gasto de los consumidores y la llegada de competencia procedente de China.
El fabricante de automóviles, que emplea a casi 300.000 personas en Alemania, defendió la semana pasada sus planes de cierre de plantas, alegando que el descenso de las ventas de automóviles le ha dejado con unas dos fábricas “de más”.
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