
MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
El presidente de Taiwán, Lai Ching Te, ha pedido este jueves tomar medidas contra la creciente actividad de “espionaje” y los “deseos de anexión” por parte de China, que ha aumentado las “infiltraciones y amenazas” en el seno de las Fuerzas Armadas taiwanesas, según ha denunciado.
Lai, que ha acusado a China de “querer eliminar a Taiwán”, ha señalado durante una rueda de prensa que pondrá en marcha una revisión “exhaustiva” de la Ley de Juicio Militar para restaurar el sistema judicial castrense y permitir que los jueces “vuelvan a estar e primera línea” para hacer frente a los casos que incluyan a “miembros del personal militar implicados en delitos como rebelión, filtración de información clasificada y desacato”.
“Recientemente, en muchas ocasiones, los ciudadanos me han expresado sus preocupaciones al ver que el personal militar y retirado es comprado por China para obtener información de Inteligencia y planificar ataques contra su propio país y su pueblo”, ha puntualizado, antes de acusar a Pekín de utilizar los medios de comunicación para “propagar y fomentar divisiones dentro de Taiwán”.
“Muchos temen que nuestro país, junto a su democracia y libertad, sea perdido poco a poco debido a este tipo de manipulaciones”, ha lamentado Lai, que ha recalcado que China sigue utilizando “la intimidación verbal y militar, además de la infiltración en la sociedad taiwanesa”.
Desde 2005, ha explicado, China ha promulgado su Ley Antisecesión, que contempla el uso de la fuerza para anexionar el territorio taiwanés y lo sitúa como una “misión nacional”. En junio del año pasado, China impuso “castigos” contra todos aquellos que no quieran “asumir” que Taiwán “no es parte de China”.
En este sentido, ha criticado la “distorsión de la realidad” incluida en la resolución 2758 de la Asamblea General de Naciones Unidas, que muestra la “creciente y urgente amenaza de China para la soberanía de Taiwán”. “China ha estado aprovechándose de nuestra libertad, diversidad y apertura democrática para reclutar políticos, periodistas e incluso militares y policías con el objetivo de llevar a cabo acciones de sabotaje y subversión desde dentro”, ha aclarado.
Fuentes del Gobierno taiwanés estiman que durante 2024 fueron 64 las personas procesadas por espiar para China, lo que supone un aumento de tres veces más respecto a los datos de 2021. “China está realizando este tipo de actividades de forma deliberada. El año pasado, 15 militares activos y 28 veteranos fueron acusados de espiar para Pekín. “Es por ello que no tenemos más opción que tomar medidas al respecto”, ha sostenido Lai, que ha defendido que Taiwán “nunca provoca un aumento de la tensión”.
Sus palabras llegan tan solo tres meses después de que las Fuerzas Armadas de Taiwán activaran la alerta máxima ante la creciente amenaza de China después de que el gigante asiático pusiera en marcha un gran despliegue militar en las inmediaciones del territorio, al cual sigue considerando una provincia más bajo su soberanía.
Los vínculos entre las partes se rompieron en 1949, después de que las fuerzas del partido nacionalista Kuomintang sufrieran una derrota en la guerra civil contra el Partido Comunista y se trasladaran al archipiélago. Las relaciones se restablecieron solo a nivel empresarial e informal a finales de la década de los 80.
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