BRUSELAS, 15 (EUROPA PRESS)
La décima legislatura del Parlamento Europeo arrancará este martes con una sesión plenaria en la que su actual presidenta, Roberta Metsola, revalidará el cargo que ocupa desde 2022, mientras que el próximo jueves se someterá a votación la reelección de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a quien respalda una ajustada mayoría de eurodiputados.
Este pleno se dedicará fundamentalmente a las decisiones institucionales propias de la primera sesión constitutiva, aunque habrá también tiempo para un debate y resolución sobre Ucrania.
Será además una sesión en la que finalmente no participará el eurodiputado de Junts, Toni Comín, porque su escaño permanece vacante después de que la Junta Electoral Central (JEC) no le incluyera en la lista definitiva por no haber cumplido el trámite de acatamiento de la Constitución. Comín pidió el jueves medidas cautelares ante el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) pero este lunes ha dicho desde Estrasburgo que regresa a Bruselas al no haber aún una decisión de la Justicia europea.
Así las cosas, el pleno arrancará el martes con la aprobación de Metsola y se elegirá también a los 14 vicepresidentes –que, junto a la presidencia de la Eurocámara y los cinco cuestores, componen la Mesa del Parlamento Europeo–, a las que optan dos eurodiputados españoles: el socialista Javi López y el ‘popular’ Esteban González Pons.
A última hora, la Izquierda europea ha presentado como candidata a presidir la Eurocámara a la eurodiputada de Podemos, Irene Montero, aunque cuenta con nulas probabilidades de imponerse a Metsola, que es la opción de consenso entre los principales grupos en la Eurocámara.
Las decisiones se tomarán mediante voto secreto durante el pleno que se celebrará en Estrasburgo (Francia) entre el martes y el jueves y en el que Von der Leyen buscará repetir la mayoría compuesta por ‘populares’, socialistas y liberales que ya respaldó su candidatura en 2019.
Estos tres grupos suman un total de 401 escaños del total 720 que componen el hemiciclo, más fragmentado y reducido –con 27 asientos menos tras la salida del Reino Unido de la UE– que hace cinco años, cuando la política alemana se convirtió en la primera mujer en presidir el Ejecutivo comunitario. Von der Leyen necesita sumar 361 escaños para superar la reválida, lo que le obliga a buscar apoyos fuera de la frágil mayoría de la coalición de centro para compensar eventuales cambios de última hora.
No en vano, sólo su propia familia política, el Partido Popular Europeo (PPE, con 188 escaños), ha garantizado a la jefa del Ejecutivo comunitario un respaldo sin fisuras, ya que socialdemócratas y liberales condicionan su apoyo al respeto de sus propias prioridades, al tiempo que han trazado como línea roja cualquier cooperación con la extrema derecha, que en esta legislatura ha logrado constituir tres grupos y sumar de momento 187 escaños.
Son de los Conservadores y Reformistas (78) que lideran los Hermanos de Italia de la primera ministra transalpina, Giorgia Meloni; los Patriotas por Europa (84) impulsados por el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y que acoge también a Vox y los partidos de Marine Le Pen y Matteo Salvini; y la Europa de las Naciones Soberanas (25), creado por el partido ultra alemán Alternativa por Alemania.
Aunque las familias socialdemócrata (136) y liberal (77) han dejado claro a Von der Leyen que no contará con sus votos si pacta con los grupos de extrema derecha, la política alemana ha tratado de diferenciar entre los tres grupos y ha tendido la mano al partido de Meloni, al afirmar que contará con quienes se declaren proeuropeos, contrarios al régimen del ruso Vladimir Putin y defensores del Estado de derecho. En este contexto, fuentes de ECR confirmaron a Europa Press que Von der Leyen participará en la reunión de grupo a primera hora del martes.
Por su lado, los Verdes, que han asegurado estar “listos para trabajar de manera constructiva”, han rechazado también cualquier acuerdo con la extrema derecha, a la que excluyen de una “mayoría estable” de la que quieren formar parte, al tiempo que piden no dar “marcha atrás en la política climática”. La Izquierda europea, por su parte, ha expresado claramente que no apoyará la reelección de Von der Leyen.
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