MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
El inicio de la votación en el seno del Partido Conservador para elegir a su nuevo líder se ha tenido que retrasar después de que el Centro Nacional de Seguridad Cibernética de Reino Unido haya advertido del riesgo de que se lleve a cabo un fraude cibernético, según ha informado el diario británico ‘The Telegraph’.
Las más de 160.000 papeletas de voto electrónico que debían de haber empezado a llegar a miembros de los ‘tories’ el pasado lunes no se habrían ni siquiera empezado a enviar, motivo por el cual el Partido Conservador ha advertido a sus militantes de que podrían recibirlas en su correo el próximo 11 de agosto a más tardar.
“Su papeleta ahora está en camino, pero llegará un poco más tarde de lo que dijimos en un principio. Por favor no se preocupe. Esto se debe a que nos hemos tomado un tiempo para agregar algo de seguridad adicional a nuestro proceso de votación, lo que nos ha retrasado un poco”, ha dicho el partido de Gobierno de Reino Unido en un mensaje a sus militantes.
La decisión se ha tomado, según ha podido saber el citado diario, siguiendo un consejo del Centro Nacional de Seguridad Cibernética, que forma parte de la Sede de Inteligencia de Comunicaciones del Gobierno (GCHQ, por sus siglas en inglés).
El ente avisó hace unos días sobre las intenciones de “actores infames” que habrían podido cambiar los votos de decenas de miembros del partido, causando de este modo caos en el proceso democrático.
La votación para elegir al próximo líder del Partido Conservador iniciaba el pasado lunes con el envío de las papeletas de votación que debían recibir los miembros del partido en sus correos electrónicos. El plazo para recibir de vuelta los votos estará abierto acaba el próximo 2 de septiembre, tal y como detalla el partido en su web.
El próximo 5 de septiembre se sabrá quién es el vencedor de las elecciones internas del Partido Conservador –que enfrentan a la actual ministra de Exteriores, Liz Truss, y al exministro de Finanzas, Rishi Sunak–. El ganador dirigirá a los ‘tories’ y, por ende, se convertirá en el próximo primer ministro de Reino Unido.
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