ROMA, 9 (EUROPA PRESS)
El Papa ha reiterado su deseo de viajar a China y ha asegurado que le gustaría reunirse “con los obispos locales” y con la comunidad de fieles del país asiático, como ha manifestado en una entrevista con el director de la oficina de prensa de la Provincia China de la Compañía de Jesús, el sacerdote Pedro Chia.
“Me gustaría encontrarme con los obispos locales y con el pueblo de Dios, que es tan fiel. Han experimentado tanto y han permanecido fieles”, ha asegurado el Pontífice en la entrevista grabada el pasado mes de mayo en la biblioteca del Palacio Apostólico, que ha sido publicada por el Vaticano este viernes.
En el encuentro, Francisco ha manifestado en concreto su deseo de visitar al santuario de Sheshan, en Shanghai. “Delante de mi despacho en la Casa Santa Marta tengo la imagen de Nuestra Señora de Sheshan”, ha revelado.
Por otro lado, preguntado sobre qué mensaje enviaría a los jóvenes católicos chinos, Francisco ha respondido con una palabra: “Esperanza”. “Me parece tautológico dar un mensaje de esperanza a un pueblo que es maestro de esperanza y de paciencia en la espera”, ha señalado.
“Esto es algo muy hermoso. China es un gran pueblo que no debe desperdiciar su herencia. Al contrario, debe llevar adelante su herencia con paciencia”, ha añadido.
RELACIONES ROTAS CON CHINA DESDE 1951
La entrevista se hizo en el marco de un congreso que organizó el Vaticano el pasado 21 de mayo que versó sobre sus relaciones con China, país con el que no mantiene relaciones diplomáticas desde 1951, cuando Pekín ordenó la expulsión del Nuncio vaticano y de los misioneros católicos.
En la cita participó, entre otros, el obispo de Shanghai, Joseph Shen Bin, nombrado en julio del 2023, en virtud acuerdo rubricado en 2018 por el Vaticano y el régimen de Xi Jinping para nombrar obispos de mutuo acuerdo.
Este acuerdo, que será renovado en octubre, fue un primer paso hacia el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la unificación de la Iglesia católica en China, que históricamente ha estado dividida entre los obispos afines a las autoridades y aquellos considerados parte de la iglesia clandestina.
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