ROMA, 9 (EUROPA PRESS)
El Papa ha instado a “desterrar todas las tentaciones burocráticas” para poner en el centro de las políticas a la persona al tiempo que ha considerado que “la indiferencia es signo de una sociedad desesperada y mediocre”.
“El ‘sálvese quien pueda’ se traduce rápidamente en ‘todos contra todos’. La indiferencia es signo de una sociedad desesperada -en el sentido de que no tiene esperanza- y de una sociedad mediocre”, ha declarado el pontífice al recibir en audiencia a directivos y personal del Instituto Nacional del Seguro de Accidentes de Trabajo (INAIL).
Francisco ha hecho hincapié en que “curar las heridas” de las personas que han sufrido un accidente laboral significa “dedicarles tiempo y alejar toda tentación burocrática”. “La persona que ha sufrido una herida pide ser acogida, escuchada, incluso antes de ser indemnizada”, ha considerado Francisco. De este modo, ha asegurado que toda compensación económica adquiere todo su valor “en la acogida y en la comprensión de la persona”.
El siguiente paso, para el Papa, es “hacerse cargo, junto con la familia, de la dramática situación de quien se ve obligado a dejar el trabajo a causa de un accidente; ocuparse de él de manera integral”. Francisco ha pedido “creatividad” para que la persona se sienta acompañada y sostenida por lo que es y no “con falsa piedad”. “No es una limosna, es un acto de justicia”, ha asegurado.
De este modo, ha manifestado que la persona “no es un número”. Y ha agregado: “Somos una sociedad que usa demasiado el adjetivo y corremos el riesgo de perder la cultura del sustantivo: esta persona no es un herido, es una persona”. Del mismo modo, ha llamado a que los caminos de la fraternidad, la solidaridad y la caridad en la sociedad no respondan sólo a “criterios de justicia legal” ya que se trata del “cuidado de la humanidad en sus diferentes dimensiones”. Asimismo, ha instado a “respetar las normas de seguridad” en el trabajo tras afirmar que “nunca pueden ser vistas como una carga o un peso innecesario”.
“Cuando se degrada el trabajo, se empobrece la democracia y se aflojan los vínculos sociales”, ha concluido el Papa.
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