ROMA, 19 (EUROPA PRESS)
El Papa ha instado a saber discernir lo que ocurre en el interior de cada uno para no ver con amargura la propia vida o “aprisionados” por pensamientos o “mensajes estereotipados que hacen daño”.
“Corremos el riesgo de encontrarnos aprisionados por pensamientos que nos alejan de nosotros mismos, mensajes estereotipados que hacen daño: no valgo nada, todo me sale mal, nunca conseguiré nada bueno”, ha advertido durante la audiencia general de este miércoles.
Francisco ha continuado con la catequesis sobre el discernimiento y ha pedido a los fieles que lean la propia historia reconociendo “la presencia de elementos tóxicos”, pero ampliando la trama de su historia para saber separar el bien del mal.
Así, ha llamado a aprender a notar otras cosas, más allá de lo negativo, para hacer la vida más rica, más respetuosa de la complejidad, logrando captar también los modos discretos en que Dios actúa.
“Conocí a una persona de la que los que la conocían decían que merecía el premio Nobel por su negatividad. Siempre estaba tratando de hundirse. Era amarga, aunque tenía muchas cualidades. Entonces encontró una persona que le ayudó y junto a lo negativo también encontró lo bueno”, ha rememorado.
Por eso, ha llamado llamado también a tomar en cuenta las cosas buenas de la vida de cada uno. “La narración de los acontecimientos de nuestra vida también nos permite captar matices y detalles importantes, que pueden resultar una ayuda preciosa que hasta ahora había permanecido oculta. Una lectura, un servicio, un encuentro, a primera vista considerados cosas de poca importancia, en el tiempo que sigue, transmiten una paz interior, transmiten la alegría de vivir y sugieren otras buenas iniciativas”, ha señalado.
A su juicio, esas partes buenas porque son “indispensables” para el discernimiento. “Es un trabajo de recogida de esas perlas preciosas y escondidas que el Señor ha esparcido en nuestro suelo. El bien está oculto, silencioso, requiere una excavación lenta y continua. Porque el estilo de Dios es discreto, no se impone; es como el aire que respiramos, no lo vemos pero nos hace vivir, y sólo nos damos cuenta cuando lo echamos de menos”, ha reflexionado.
En este sentido, ha asegurado que acostumbrarse a releer la propia vida educa la mirada, la agudiza, “permite advertir los pequeños milagros que el buen Dios hace por nosotros cada día”. En definitiva, ha instado a los fieles a preguntarse al final del día qué ha pasado en su corazón. Para el Papa, esto “no es el recuento de los pecados, sino aprender a discernir lo que ocurre” en el interior de cada uno.
SOLIDARIDAD CON UCRANIA Y NIGERIA
Por otro lado, Francisco ha vuelto a denunciar las “torturas” que se están produciendo en Ucrania y ha renovado su llamamiento a la paz. “Volvamos nuestro pensamiento hasta la atormentada Ucrania y recemos por Ucrania, recemos por las cosas malas que están ocurriendo allí, las torturas, las muertes, la destrucción”, ha dicho el Papa al finalizar los saludos en la audiencia general.
Al saludar a los grupos de habla inglesa, el Papa también se ha referido previamente a la situación en Nigeria, azotada por violentas lluvias que provocaron una de las peores inundaciones de los últimos diez años. Francisco ha recordado que las inundaciones han causado “muchos muertos, muchos desaparecidos y grandes daños”.
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