MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
El Papa Francisco ha advertido, en un vídeo con la intención para la oración de enero 2025, de una “catástrofe educativa mundial”. “A causa de las guerras, las migraciones y la pobreza, unos 250 millones de niños y niñas carecen de instrucción”, ha señalado.
En el vídeo, realizado por su Red Mundial de Oración, Francisco habla de una auténtica “catástrofe educativa”, sobre todo, los que viven las consecuencias de las migraciones, según ha informado Vatican News.
Los niños y jóvenes que migran o se desplazan a causa de las guerras se enfrentan a interrupciones en el proceso de su educación debido a la necesidad de huir de su tierra natal. En muchos casos, las escuelas en zonas de conflicto o los campos de refugiados tienen un acceso muy limitado a materiales educativos, infraestructuras adecuadas y docentes capacitados.
Además, cuando los niños y jóvenes se trasladan a otros países o regiones, su estatus migratorio puede impedirles acceder a la educación y, por consiguiente, a un futuro mejor. Por eso, el Papa Francisco afirma en el video que “todos los niños y jóvenes tienen derecho a ir a la escuela, sin importar su situación migratoria”.
En ocasiones anteriores, el Pontífice ha pedido que se asegure a los migrantes y refugiados “el acceso regular a la educación primaria y secundaria”, así como “la permanencia regular al cumplir la mayoría de edad y la posibilidad de continuar sus estudios”.
“La educación es una esperanza para todos: puede salvar a los migrantes, a los refugiados, de la discriminación, de las redes de delincuencia y de la explotación. Integrar a los migrantes, permitir que contribuyan a la sociedad y, sobre todo, no olvidar que quien acoge al forastero, acoge a Jesucristo”, afirma Francisco.
El vídeo del Papa de este mes testimonia el compromiso en primera línea de la Iglesia para garantizarles educación incluso en los contextos más complicados.
Existen centros educativos realizados por la Fundación AVSI para niños refugiados -en su mayoría sirios- en Jordania y Líbano. Hay escuelas salesianas en Palabek, en Uganda, donde el 60% de los migrantes procedentes de Sudán del Sur tiene menos de 13 años.
También está el Instituto Madre Asunta, de Tijuana, en la frontera entre México y Estados Unidos, dirigido por la familia scalabriniana, al que acuden menores procedentes de diversos países latinoamericanos. Está el compromiso, en diversos continentes, del JRS, el Servicio de los jesuitas para los refugiados, presente también en el este de Chad, junto a generaciones enteras nacidas y criadas en los campos de refugiados. Están los voluntarios de la Asociación Papa Juan XXIII, que acompañan en el estudio a los menores llegados a Grecia e Italia a través de las rutas migratorias.
Igualmente, hay organizaciones internacionales, como UNICEF, presente con proyectos educativos en numerosos países de acogida. Gracias a ello, en los últimos años, muchos niños que han huido de la guerra en Ucrania han podido asistir a cursos de idiomas.
EL PAPA SALUDA A LA UNIÓN DE CIEGOS Y DISCAPACITADOS VISUALES
Por otro lado, Francisco ha saludado en la Sala Clementina este viernes a los miembros de la Unión de Ciegos y Discapacitados Visuales y los ha invitado a “caminar” siguiendo a los “peregrinos de la esperanza” del pasado, como Pier Giorgio Frassati, Francisco y Clara de Asís o Teresa del Niño Jesús.
“Lo que nos sostiene en nuestro esfuerzo es el objetivo final: la promesa de una existencia renovada en Jesús que ofrece una alegría diferente, que no queda afuera ni en la superficie”, ha dicho.
El Papa asocia sus deseos de un feliz 2025 a los del Año Jubilar recién inaugurado y pide a los presentes que repitan el lema: “¡Peregrinos de la esperanza!” – deseando que mantengan el deseo de “avanzar”, de “ser siempre personas en movimiento”.
Asimismo, ha recibido en audiencia a la Archicofradía de los Santos Juan Bautista y Evangelista de los Caballeros de Malta de Catanzaro y les ha exhortado, especialmente en este Año Santo, a cultivar la oración personal y comunitaria y a estar “cerca de los pequeños y de los necesitados con compasión y ternura”.
En el Jubileo que acaba de comenzar, “un tiempo de reconciliación y esperanza”, Francisco, reunido en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico con la Archicofradía de los Santos Juan Bautista y Evangelista de los Caballeros de Malta de Catanzaro, se ha detenido a reflexionar sobre tres verbos: adorar, servir, caminar.
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