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El Papa Francisco alerta de la “tentación” de reemplazar “lo real” por “lo virtual”

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ROMA, 20 (EUROPA PRESS)

El Papa Francisco ha pedido que “lo virtual” no reemplace a “lo real” y que el crecimiento científico y tecnológico se concilie “en términos de responsabilidad, valores y conciencia”.

Así lo ha indicado este lunes en su discurso a los miembros de la Pontificia Academia para la Vida, que estos días reflexionan sobre la relación entre la persona, las tecnologías emergentes y el bien común.

“En la red de relaciones, tanto subjetivas como comunitarias, la tecnología no puede reemplazar el contacto humano, lo virtual no puede reemplazar lo real y las redes sociales tampoco pueden reemplazar la esfera social. Y estamos tentados a hacer prevalecer lo virtual sobre lo real: esta es una mala tentación”, ha subrayado el Pontífice.

En concreto, el Papa Francisco se ha referido a tres desafíos actuales: el cambio de las condiciones de la vida humana en el mundo tecnológico; el impacto de las nuevas tecnologías en la definición misma de “hombre” y de “relación”, y el concepto de “conocimiento”.

Sobre el primer desafío, Francisco ha indicado que la tecnología “ayuda a comprender mejor el valor y el potencial de la inteligencia humana” y ha añadido que hoy en día “el rápido desarrollo de los medios técnicos hace más intensa y evidente la interdependencia entre el hombre y la ‘casa común'”.

Según ha remarcado, la fuerza y la aceleración de las intervenciones son tales “que producen importantes mutaciones, tanto en el medio ambiente como en las condiciones de vida del hombre, con efectos y evoluciones no siempre claros y previsibles”.

A su juicio, esto queda demostrado “por las diversas crisis –de la pandemia a la crisis energética, de la crisis climática a la crisis migratoria–, cuyas consecuencias se afectan y se amplifican mutuamente”.

Por ello, ha insistido en que “un desarrollo tecnológico sólido no puede dejar de tener en cuenta estos complejos entramados”.

En relación al segundo desafío, el Pontífice ha abundado que “la tecnología no puede suplantar al contacto humano y ha puesto como ejemplo los procesos de investigación científica constatando que, en ellos, la relación entre persona y comunidad apunta a “implicaciones éticas cada vez más complejas”.

CONFIDENCIALIDAD DE DATOS

Así, en el ámbito de la salud, ha precisado que debe abordarse el problema de combinar la confidencialidad de los datos del individuo con la puesta en común de la información sobre él en interés de todos. “Sería egoísta pedir que se nos trate con los mejores recursos y competencias de que dispone la sociedad sin contribuir a aumentarlos”, ha opinado.

Por otro lado, el Papa ha reflexionado sobre “la urgencia de que la distribución de los recursos y el acceso a los cuidados beneficien a todos, de modo que se reduzcan las desigualdades y se garantice el apoyo necesario, especialmente a los más frágiles, como las personas con discapacidad, los enfermos y los pobres”.

Por este motivo, ha animado a “estar atentos a la velocidad de las transformaciones, a la interacción entre los cambios y a la posibilidad de garantizar un equilibrio general” y a “garantizar que cada persona crezca en su estilo particular, desarrollando su propia capacidad de innovar a partir de los valores de su propia cultura”.

Sobre la definición del concepto de conocimiento y sus consecuencias, el Papa ha destacado que el “tipo de conocimiento que se pone en práctica ya tiene implicaciones morales en sí mismo”. Por ejemplo, ha señalado “lo paradójico –cuando se habla de tecnologías para potenciar las funciones biológicas de un sujeto– de hablar de un hombre ‘aumentado’ si se olvida que el cuerpo humano se refiere al bien integral de la persona y, por tanto, no puede identificarse únicamente con el organismo biológico”. “El todo es superior a las partes”, ha insistido.

En este sentido, Francisco también considera positivo que la teología avance en la superación de los enfoques eminentemente apologéticos, para contribuir a la definición de un nuevo humanismo y favorecer la escucha mutua y la comprensión recíproca entre ciencia, tecnología y sociedad, pues advierte de que “la falta de diálogo constructivo entre estas realidades empobrece la confianza mutua que subyace a toda convivencia humana y a toda forma de ‘amistad social'”.


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