Alerta de que “la mentalidad colonizadora” se presenta bajo “formas de colonizaciones ideológicas que amenazan tradiciones e historia”
ROMA, 3 (EUROPA PRESS)
El Papa se ha referido este miércoles, en su primera audiencia general tras el período de vacaciones, al viaje apostólico realizado la semana pasada por Canadá que ha calificado de “viaje diferente a los otros” y que, como ha enfatizado, ha estado marcado por “la memoria, la reconciliación y la sanación”.
“Hoy quisiera compartir con vosotros algunas reflexiones sobre el viaje apostólico que realicé a Canadá los días pasados. Se ha tratado de un viaje diferente a los otros. De hecho, la motivación principal era la de encontrar a las poblaciones originarias para expresarles mi cercanía y mi dolor y pedir perdón por el daño que les hicieron aquellos cristianos, incluidos muchos católicos, que en el pasado colaboraron en las políticas de asimilación forzada y liberación de los gobiernos de la época”, ha relatado Francisco al inicio de la audiencia.
El lema del viaje fue ‘Caminar juntos’ y, como ha subrayado el Papa, quiso que fuera “una peregrinación penitencial”, poniendo el foco en el hecho de que “en Canadá se ha iniciado un recorrido para escribir una nueva página del camino que desde hace tiempo la Iglesia está realizando junto a los pueblos indígenas”.
“Muchos fueron los momentos de alegría, pero el sentido y el tono del conjunto fue reflexión, arrepentimiento y reconciliación”, ha insistido. Así, ha recordado que la primera etapa del viaje se desarrolló en Edmonton, la segunda en Quebec y la tercera y última en Iqaluit, a 300 kilómetros del círculo polar ártico.
En el primer encuentro se dieron cita jefes y miembros de los principales grupos indígenas de todo el país. “Juntos hemos hecho memoria: la buena memoria de la historia milenaria de estos pueblos, en armonía con su tierra: esta es una de las cosas más hermosas de los pueblos originarios, la armonía con la tierra. Nunca maltratan la creación, nunca. En armonía con la tierra. Y también hemos recogido la memoria dolorosa de los abusos sufridos, también en las escuelas residenciales, a causa de las políticas de asimilación cultural”, ha rememorado.
“Después de la memoria, el segundo paso de nuestro camino fue el de la reconciliación. No un acuerdo entre nosotros, sino un dejarse reconciliar por Cristo, que es nuestra paz (…). De este recorrido de memoria, reconciliación y sanación brota la esperanza por la Iglesia, en Canadá y en todos los lugares”, ha señalado.
En este punto, ha enfatizado en que “el camino junto a los pueblos indígenas ha constituido la espina dorsal de este viaje apostólico”. “Sobre ella se construyeron los dos encuentros con la Iglesia local y con las autoridades del país, a cuyas autoridades deseo renovar mi gratitud sincera por la gran disponibilidad y la cordial acogida que me han reservado a mí y a mis colaboradores. Y a los obispos, lo mismo”, ha añadido.
“Delante de los gobernantes, de los jefes indígenas y del cuerpo diplomático reiteré la voluntad activa de la Santa Sede y de las comunidades católicas locales de promover las culturas originarias, con recorridos espirituales apropiados y con la atención a las costumbres y a las lenguas de los pueblos”, ha asegurado Francisco.
Al respecto, ha alertado de que “la mentalidad colonizadora se presenta hoy bajo varias formas de colonizaciones ideológicas, que amenazan a las tradiciones, la historia y los vínculos religiosos de los pueblos, aplanando las diferencias, concentrándose solo en el presente y descuidando a menudo los deberes hacia los más débiles y frágiles”.
Por ello, ha hecho un llamamiento a “recuperar un sano equilibrio, recuperar la armonía, que es más que un equilibrio, es otra cosa; recuperar la armonía entre modernidad y culturas ancestrales, entre la secularización y los valores espirituales. Y esto interpela directamente la misión de la Iglesia, enviada a todo el mundo a testimoniar, a “sembrar” una fraternidad universal que respeta y promueve la dimensión local con sus múltiples riquezas”.
Por último, ha calificado como “signo de la esperanza” el último encuentro, en la tierra de los Inuit, con jóvenes y ancianos. “Fue un momento muy doloroso, pero se tenía que dar la cara: tenemos que dar la cara delante de nuestros errores, de nuestros pecados. También en Canadá es un binomio-clave, jóvenes y ancianos, es un signo de los tiempos: jóvenes y ancianos en diálogo para caminar juntos en la historia entre memoria y profecía, que están de acuerdo”, ha reconocido.
“La fortaleza y la acción pacífica de los pueblos indígenas de Canadá sea de ejemplo para todas las poblaciones originarias a no cerrarse, sino a ofrecer su indispensable contribución para una humanidad más fraterna, que sepa amar a la creación y al Creador, en armonía con la creación, en armonía entre todos vosotros”, ha concluido.
SEGUNDO ANIVERSARIO DE LA EXPLOSIÓN EN EL PUERTO DE BEIRUT
Por otro lado, durante la audiencia también ha recordado que este 4 de agosto es el segundo aniversario de la explosión en el puerto de Beirut, que dejó más de 200 muertos e hirió a cerca de 7.000. “Mi pensamiento va a las familias de las víctimas de aquel desastroso evento y al querido pueblo libanés: rezo para que cada uno pueda ser consolado por la fe y confortado por la justicia y la verdad, que nunca se debe esconder”, ha asegurado.
Así, ha expresado que espera que el Líbano, con la ayuda de la comunidad internacional, “siga recorriendo el camino de ‘renacimiento’, permaneciendo fiel a la propia vocación de ser tierra de paz y de pluralismo, donde las comunidades de religiones diferentes puedan vivir en fraternidad”.
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