ROMA, 8 (EUROPA PRESS)
El Papa ha celebrado una misa en la parroquia de San Pío V de Roma y ha pronunciado la homilía, en la que ha subrayado el sacramento del perdón no es un “gesto moralista”. Es la primera vez que ha podido leer el texto que tenía preparado después de una semana con gripe, que le ha obligado a suspender algunos compromisos y a pedir a sus colabores que tomaran la palabra por él. Al finalizar la ceremonia, el Papa ha confesado a varios fieles.
“No renunciemos al perdón de Dios. El sacramento de la Reconciliación no es una práctica de devoción. Se trata de reconocernos pecadores y arrojarnos en los brazos de Jesús crucificado para ser liberados; no es un gesto moralista, sino la resurrección del corazón”, ha señalado el pontífice.
El estado de salud de Francisco ha preocupado esta semana después de que el pasado miércoles 28 de febrero, tras la audiencia general, acudiera al hospital Gemelli de la isla Tiberina, en el centro de Roma, para algunas pruebas. Aunque el Pontífice retomó normalmente su agenda, durante toda esta semana no ha leído sus discursos porque aseguró que se cansa cuando tiene que hacerlo.
La celebración de este viernes se celebra en el marco de la onceava edición de la iniciativa cuaresmal ’24 horas para el Señor’, promovida por el Dicasterio para la Evangelización del Vaticano que se celebra cada año en las diócesis de todo el mundo.
Así, Francisco ha recorrido el pasillo de esta iglesia romana en silla de ruedas y ha saludado a varios fieles hasta que ha llegado al altar. En su alocución, ha asegurado que la “vida nueva” que se inició con el Bautismo “es un camino” en el que “no hay jubilación” porque “siempre se va hacia adelante”.
El Pontífice ha lamentado que al estar “inmersos en un ritmo repetitivo, atrapados en mil cosas” y “aturdidos por tantos mensajes” y “estímulos” se olvide que “hay una vida nueva” que como las “brasas bajo las cenizas, está esperando para encenderse y arrojar luz sobre todo”.
“¡Cuántas veces somos inflexibles con los demás e indulgentes con nosotros mismos!”, ha lamentado el Papa, que ha dicho que se trata de una situación ante la cual es necesario “un cambio de ritmo” que ayude a encontrar de nuevo el camino del Bautismo.
Para Francisco, ese camino es el “del perdón de Dios”. “Dios no se cansa nunca de perdonar”, ha añadido. “El perdón divino hace precisamente eso: nos hace nuevos de nuevo. Nos limpia por dentro, devolviéndonos a la condición del renacimiento bautismal: hace que las aguas frescas de la gracia fluyan de nuevo en el corazón, reseco por la tristeza y empolvado por los pecados”, ha concluido.
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