MADRID, 16 (SERVIMEDIA)
El Gobierno ha sacado a licitación, por un importe de 24,6 millones de euros, las obras de la futura sede de la Organización Mundial del Turismo (OMT) en el complejo del Palacio de Congresos de Madrid, situado en el Paseo de la Castellana.
Las obras, que fueron autorizadas por el Consejo de Ministros el pasado 18 de abril, consistirán en la remodelación y ampliación del edificio B del Palacio de Congresos de Madrid, respetando la estética de la fachada original. Una vez resuelto el concurso, el plazo de ejecución de la reforma será de dieciocho meses.
Las empresas que cumplan con los requisitos establecidos en los pliegos podrán presentarse para realizar las obras, que consistirán en concreto en la reconfiguración interior del Edificio B para adaptación a los nuevos usos, y la construcción una tercera planta adicional con nuevos elementos estructurales, arquitectónicos y contemporáneos, respetando el mural diseñado por Joan Miro.
Con el anuncio en la Plataforma de Contratación del Sector Público en España y la publicación en el Diario Oficial de la Unión Europa (DOUE), Turespaña pone en marcha el inicio de las obras para alojar la nueva sede de la Organización Mundial del Turismo (OMT), que actualmente se encuentra en la Calle Poeta Joan Maragall 42.
La ejecución de estas obras son el resultado de un acuerdo administrativo internacional firmado entre España y la OMT en marzo de 2022, por el cual España cede el edificio B del Palacio de Congresos a la OMT por un periodo de 75 años, y asume la rehabilitación del mismo.
“DESEADA REAPERTURA”
El ministro de Industria, Comercio y Turismo, Héctor Gómez, aseguró en abril que con la autorización de las obras “damos un paso muy importante para la tan deseada reapertura de este espacio, absolutamente necesario para el desarrollo económico y turístico de Madrid”.
El Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid se inauguró en 1970. Se compone de tres edificios o volúmenes constructivos (A, B y C) y pertenece a Turespaña.
En 1995 se produjo un grave incendio que causó el derrumbe del auditorio B y de las dependencias anexas ubicadas en la fachada norte. Tras el siniestro, se acometieron las obras imprescindibles para permitir el funcionamiento del resto del edificio sin proceder la reconstrucción de los espacios afectados, zona que en la actualidad sigue diáfana y sin uso.
El resto del edificio continuó en uso hasta 2012, cuando se decidió la suspensión temporal de las actividades por una serie de informes técnicos que determinaron que no se satisfacían las exigencias de seguridad de la normativa vigente. La suspensión dejó de ser temporal para ser indefinida, hasta que no se cumpliese toda la normativa de seguridad.
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