MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
El ministerio del Interior considera un “rotundo éxito” de la Presidencia española el Pacto Europeo de Migración y Asilo porque culmina el pacto migratorio que se estaba debatiendo, de manera infructuosa, desde 2016.
Fuentes de este departamento recogidas por Europa Press, señalan que tras intensas conversaciones, el pasado 4 de octubre la presidencia española desbloqueó la “parálisis” en las negociaciones al lograr un acuerdo mayoritario sobre el Reglamento de Crisis, el último de los cinco expedientes que conforman el Pacto.
Esta norma, según explican, permite dar respuesta a situaciones en las que un Estado se enfrenta a un incremento de la presión migratoria en cortos periodos de tiempo, como ha sucedido en los últimos años.
Así, destacan que el pacto incorpora, explícitamente y por primera vez, fórmulas obligatorias de solidaridad con los Estados de primera entrada de la migración, como España, los más afectados por la presión migratoria en las fronteras exteriores de la UE.
El pacto reformará la política común con un mayor control de las fronteras exteriores de la Unión Europea y ofrecerá a los gobiernos una ‘solidaridad a la carta’ que les permitirá, en la práctica, eludir la acogida de parte de los migrantes reubicados si pagan una compensación por cada traslado rechazado.
Las nuevas reglas, que necesitan aún el visto bueno del pleno de la Eurocámara y de los Veintisiete para ser adoptada formalmente, pone fin a años de duras negociaciones entre los propios Estados miembro para consensuar un equilibrio entre la “solidaridad” con los países en primera línea, como España e Italia, y la “responsabilidad” que les reclaman a estos otros socios con miedo a los movimientos secundarios.
Finalmente, la solución es un mecanismo de “solidaridad flexible” que obligará a los Veintisiete a responder ante un socio desbordado con la llegada de migrantes, bien reubicando en su territorio a parte de las personas llegadas, bien pagando una compensación tasada por cada migrante que rechace.
El objetivo es trasladar a al menos 30.000 migrantes cada año, pero los países podrán negarse a recibir a parte de los acogidos a cambio de una compensación de 20.000 euros por cada traslado rechazado o de medios o fondos por valor equivalente.
El modelo de solidaridad ‘a la carta’ también se aplicará al mecanismo de crisis o fuerza mayor para el que el Parlamento Europeo –y países como España e Italia en un primer momento– defendieron sin éxito que debía contar con un sistema obligatorio de cuotas de acogida que se activara únicamente en situaciones extremas.
- Te recomendamos -