MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
La onza de oro troy, activo refugio por antonomasia, registraba en la tarde de este viernes un alza de un 1%, hasta firmar un nuevo máximo histórico próximo a los 2.600 dólares -en concreto, se situaba en 2.585 dólares-, en un contexto marcado por la flexibilización monetaria de los principales bancos centrales.
Según los datos del mercado consultados por Europa Press, el oro sigue perforando máximos históricos tras haber rebasado ayer la marca anterior, que se produjo el pasado 20 de agosto en los 2.531 dólares.
En lo que va de año, el oro acumula una revalorización de casi un 25%.
La actual tendencia alcista del metal precioso se enmarca en el vigente ciclo de flexibilización monetaria, toda vez que el Banco Central Europeo (BCE) volvió ayer a recortar los tipos y el mercado da por descontado que la Reserva Federal (Fed) haga lo mismo, por vez primera, la próxima semana.
Asimismo, ese sentimiento de expectativas de recortes se ha visto aún más fortalecido si cabe ante la última hornada de datos macroeconómicos, sobre todo de Estados Unidos: este pasado miercoles se conoció que la inflación interanual de ese país en agosto cayó cuatro décimas y se situó en el 2,5%.
El dato de agosto contribuye a la relajación de la política monetaria por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), ya que apunta a una contención de la inflación, si bien la variable preferida por la Fed para monitorizar el coste de la vida es el índice de precios de gasto de consumo personal (PCE).
En paralelo, el analista de mercados de IG, Sergio Ávila, ha enmarcado que los actuales precios históricos del oro se explican por la debilidad del dólar y la caída de los rendimientos de los bonos, además de por la consabida expectativa de recortes de la Fed.
“Este contexto económico global, con señales de debilidad en las principales economías y la posibilidad de una relajación monetaria, ha hecho que el oro se consolide como una opción de refugio para los inversores”, ha apostillado.
Cabe destacar que el oro y el dólar mantienen, según la teoría clásica, una correlación inversa, ya que cuando baja el ‘precio del dinero’ (los tipos de interés) son necesarios más dólares para comprar lingotes, en tanto que una política monetaria dura presiona el precio del metal.
Al hilo de este último punto, Bank of America (BofA) pronosticó a finales del pasado junio que la cotización de la onza de oro troy escalase hasta los 3.000 dólares en un plazo de 12 a 18 meses por la confluencia de varios factores, entre los que sobresalía la demanda del metal precioso por parte de los bancos centrales.
CONTEXTO DEL ORO: SUBE UN 40% DESDE OCTUBRE DE 2023
La cotización del oro resurgió con fuerza por el regreso a primer plano del conflicto palestino-israelí, en tanto que desde el pasado 7 de octubre -día del ataque de la milicia islamista Hamás sobre territorio israelí- el metal acumula una revalorización de un 40%.
De esta manera, impulsado por los riesgos geopolíticos y la compra masiva por parte de los bancos centrales, el oro alcanzó a principios de diciembre una nueva cota para sus registros históricos por encima de los 2.100 dólares y siguió perforando cotas hasta alcanzar los 2.450 dólares el pasado mayo.
Anteriormente a esa racha alcista del pasado otoño, la última vez que el oro cotizó por encima de los 2.000 dólares fue en mayo de 2023 por la tensión en el conflicto ucranio y los coletazos derivados de la crisis de la banca regional estadounidense, así como la quiebra de Credit Suisse del pasado marzo, de tal manera que su valor alcanzó un valor de 2.063 dólares a principios de mayo.
Con todo, el anterior máximo histórico del oro -previo al de finales de 2023- se produjo el 7 de marzo de 2022, cuando la onza tocó los 2.075 dólares, por el comienzo dos semanas antes de la invasión rusa de Ucrania. A su vez, también rondó esos niveles en agosto de 2020 tras el estallido de la pandemia.
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