MOSCÚ, 19 (DPA/EP)
Las autoridades de Rusia han trasladado al destacado opositor Vladimir Kara Murza durante seis meses a una celda de castigo en la prisión siberiana en la que cumple una condena de 25 años de prisión por delitos de alta traición.
El motivo formal por el que Rusia argumenta el castigo es porque Kara Murza retiró sus manos de detrás de la espalda durante apenas unos segundos para colocarse una gorra, según ha relatado el antiguo abogado del disidente, Vadim Projorov.
El traslado a este tipo de celdas de castigo es una forma frecuente de acoso por parte de las autoridades penitenciarias de Rusia, especialmente para los presos políticos. En la víspera, el disidente Ilya Yashin fue condenado a la misma pena.
Las condiciones penitenciarias en Rusia son ya de por sí especialmente duras, pero más aún cuando los presos son trasladados a celdas de castigo de escasos metros cuadrados y donde se les prohíbe usar la cama tras despertarse e incluso se les restringen los paseos.
Además, tan solo está permitido un breve encuentro con los familiares cada seis meses, e incluso tan solo con el visto bueno de las autoridades penitenciarias. El ya fallecido opositor Alexei Navalni también fue sometido a estas condiciones.
Kara Murza fue condenado a 25 años de prisión en abril de 2023 por varios delitos –alta traición, difusión de información falsa sobre el Ejército y cooperación con una organización indeseable– y se le ha prohibido ejercer el periodismo durante siete años.
Su sentencia ha sido considerada la más dura impuesta por la Justicia rusa contra un opositor y crítico del Kremlin. Su situación en prisión ha sido criticada en varias ocasiones por organizaciones defensoras de los Derechos Humanos.
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