Recalca que esta peligrosa ruta va camino de registrar niveles récord de migración infantil por quinto año consecutivo en 2024
MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
Alrededor de 30.000 menores de edad han cruzado en los primeros cuatro meses de 2024 el Tapón del Darién, en la frontera entre Colombia y Panamá, lo que supone un aumento del 40 por ciento respecto al mismo periodo de 2023, según ha informado el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), que ha alertado de que esta peligrosa ruta va camino de registrar niveles récord de migración infantil por quinto año consecutivo.
El organismo ha subrayado que la migración infantil a través de esta zona selvática se ha convertido ya en una crisis prolongada y ha sostenido que, a partir de las tendencias observadas en los primeros cuatro meses del año y la situación actual en la región, las estimaciones apuntan a que unas 800.000 personas, entre ellas 160.000 niños y adolescentes, podrían cruzar la ruta en 2024.
“El Tapón del Darién no es lugar para niños. Muchos de ellos han muerto en este arduo y peligroso viaje”, ha señalado el director ejecutivo para Acción Humanitaria de UNICEF, Ted Chaiban, quien ha agregado que “muchas mujeres han dado a luz durante la travesía, trayendo una nueva vida al mundo en las circunstancias más difíciles”. “Muchos de los que sobreviven al viaje llegan enfermos, hambrientos y deshidratados, a menudo con heridas o infecciones y necesitando ayuda desesperadamente”, ha afirmado.
“Dado que una quinta parte de los que emprenden este viaje son niños y niñas, la presencia y la respuesta de UNICEF son más importantes que nunca. Disponer de una financiación adecuada es fundamental para que podamos estar ahí para los niños, sea cual sea su país de origen o destino”, ha destacado Chaiban.
UNICEF ha detallado que de los 30.000 niños desplazados en lo que va de año, casi 2.000 estaban solos o separados de sus familias, una cifra que se ha triplicado en comparación con el mismo periodo de 2023. Además, el número de menores de edad en tránsito también está creciendo cinco veces más rápido que el de adultos.
“Las historias que escuchamos de niños y padres que han hecho el viaje son increíblemente desgarradoras”, ha manifestado Chaiban, quien ha puesto como ejemplo el caso de una niña venezolana de once años que se separó de su madre durante la travesía y la que conoció durante una visita realizada en abril a la comunidad de Bajo Chiquito, en Panamá.
“Entre lágrimas, Esmeira compartió conmigo lo difícil que fue para ella estar sola en la selva. Tuvo que cruzar ríos caudalosos, cruzarse con gente herida y hambrienta en el camino, y por la noche, me dijo, estaba muy oscuro y escuchaba ruidos aterradores. Esmeira tenía hambre. Llevaba dos días sin comer. Llevaba meses sin estudiar y esperaba que su madre llegara pronto para seguir su camino. Ningún niño debería tener que vivir o presenciar estas cosas”, ha relatado.
Chaiban ha felicitado además a las comunidades de acogida, a los donantes y al Gobierno panameño “por ayudar a proporcionar servicios esenciales a los niños desplazados y a sus familias, y así garantizar que no serán abandonados”. “El peligro y las necesidades insatisfechas de los niños aumentan mientras hablamos. Tenemos que seguir garantizando que ningún niño o niña se quede atrás. Si la respuesta carece de financiación, el alcance será limitado”, ha zanjado.
UNICEF da ayuda a los menores en tránsito en el Tapón del Darién y en Panamá desde 2018, prestando servicios a lo largo de la ruta en materia de agua, saneamiento e higiene, protección infantil, salud infantil y materna y violencia de género, entre otros casos, para lo que cuenta con financiación propia, de Estados Unidos y de la Unión Europea (UE)”. Para 2024, solicitó unos siete millones de eruso para atender las necesidades urgentes de estos migrantes, si bien hasta ahora sólo ha recibido el diez por ciento de esta financiación.
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