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MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
El Movimiento Ibérico Antinuclear, al que pertenece Ecologistas en Acción, ha criticado la Proposición No de Ley (PNL) del PP a favor de alargar la vida de las centrales nucleares que el Congreso sacó adelante esta semana. Así, ha exigido que los políticos defiendan a la ciudadanía y no los intereses de las empresas y ha destacado la urgencia de un cierre ordenado nuclear.
En opinión de la organización, el papel de PP, Vox y Unión del Pueblo Navarro (UPN), que votaron a favor de la PNL, fue el de “servidores de las empresas” al tratar de “forzar” una reducción de las tasas e impuestos que corresponden a la actividad nuclear. Por otro lado, denuncia la postura “cínica” de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts al abstenerse, que a su juicio “antepone los intereses empresariales a los de la ciudadanía”.
Según ha indicado, la PNL se basa en “asunciones falsas” sobre la realidad del parque nuclear del país. De esta manera, ha recalcado que la exigencia de que se prolongue el funcionamiento de las centrales más allá de los 40 años para los que fueron diseñadas menosprecia el incremento de riesgo de operar con sistemas envejecidos. “Por muy detalladas que sean las inspecciones y actualizaciones de equipos, sistemas críticos como el núcleo del reactor o la contención no pueden renovarse”, ha subrayado.
En todo caso, el Movimiento Ibérico Antinuclear ha incidido en que la extensión de vida demanda “inversiones millonarias” de las empresas propietarias para cumplir con los condicionantes de las autorizaciones. Aunque destaca que no hay información sobre el alcance de estos costes en España, ha señalado que se sabe que la prolongación por diez años de dos reactores belgas de potencia equiparable a Almaraz, Doel 4 y Tihange 3, costará hasta 2.500 millones de euros.
Por otra parte, la organización ha denostado que el PP hablara de la dependencia de España del gas ruso cuando “el 30%” del uranio que las centrales españolas utilizan para fabricar combustible es ruso. A su vez, ha recordado que la gestión de residuos se encarece al prolongar la operación. Por lo tanto, ha defendido que la aportación de las empresas nucleares para su gestión debe crecer, no reducirse, y ha indicado que la Tasa Enresa es “insuficiente” como para asegurar que el España no tenga que poner dinero una vez las centrales ya estén cerradas.
En líneas generales, el Movimiento Ibérico Antinuclear defiende que el problema no es que las tasas y los impuestos a la actividad nuclear sean “demasiado altos”, sino que este tipo de energía “no es competitiva y pretende que el Estado la subvencione con bajadas de impuestos”. Desde su punto de vista, si las empresas titulares acordaron voluntariamente un plan de cierre en 2019 fue considerando su balance de beneficios. “Decidieron que no compensaba”, ha recalcado.
Al margen de todo ello, la organización ha denunciado que las nucleares también emiten dióxido de carbono (CO2) en las recargas de combustible y en todos los procesos necesarios para disponer de una pastilla de uranio. Éstas se cifran en aproximadamente un 15% de las de una central de gas en ciclo combinado de la misma potencia, pero que son un 600% superiores a las de la eólica.
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