MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
El Gobierno de El Salvador ha desmantelado este miércoles el Monumento a la Reconciliación, que simbolizaba el fin de la guerra civil (1980-1992), cuatro años después de que el hasta ahora presidente salvadoreño, Nayib Bukele, ordenara su demolición.
El Ministerio de Obras Públicas (MOP) ha iniciado la retirada alegando que este lugar será un nuevo espacio público con vías peatonales, comercios y un anfiteatro, según ha informado el periódico ‘La Prensa Gráfica’.
“Este espacio no era visitado por nadie, era un monumento a la corrupción. Costó más de un millón de dólares (…) Ahora iniciaremos la construcción de un nuevo espacio público en este sector para que todos los salvadoreños puedan disfrutar de él. Un espacio de calidad”, ha explicado el ministro de dicha cartera, Romeo Rodríguez.
Bukele, actualmente fuera de funciones al ser candidato a la reelección, ha considerado que el “supuesto ‘monumento a la reconciliación'” no “solo era estéticamente horrible, sino que glorificaba el pacto entre los asesinos de nuestro pueblo para repartirse el pastel”.
El conjunto escultórico incluía tres estatuas de bronce, dos de siete metros que simbolizaban a una excombatiente guerrillera y un militar, desarmados, con las manos entrelazadas liberando palomas de aluminio. La tercera de ellas, de doce metros, era una madre con los brazos extendidos con un anillo que representaba el compromiso de la paz.
“Adiós, muñeca azul, y todo lo que representabas”, ha zanjado Bukele tras ironizar sobre el apoyo de la comunidad internacional al “paraíso terrenal” que vivía el país “en perfecta democracia”, sin “dictadura”, con “independencia de poderes”. “Cuando quisimos cambiarla, nos condenaron, sancionaron y demandaron que ‘regresaremos todo a su estado anterior'”, ha manifestado.
Con motivo del 25 aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz de chapultepec (1992), fecha en la que el conflicto quedó superado, en 2017 el presidente Salvador Sánchez Cerén celebró la inauguración del Monumento de la Reconciliación en la capital del país, San Salvador.
Entre 1980 y 1982, El Salvador vivió una guerra civil que enfrentó a las guerrillas del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y a las Fuerzas Armadas de la dictadura militar, respaldada a su vez por Estados Unidos y los escuadrones de las muerte de extrema derecha, dejando unos 75.000 muertos, la mayoría civiles, 8.000 desaparecidos, y más de un millón de desplazados.
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