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El megalodón se asemejaba más al tiburón mako en delgadez, no al tiburón blanco

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MADRID, 22 (SERVIMEDIA)

El gigantesco tiburón extinto megalodón, que vivió en los océanos del mundo hace entre 15 millones y 3,6 millones de años, era más delgado de lo que sugieren algunos estudios anteriores y aparece en películas y novelas, y pudo parecerse más al tiburón mako que al tiburón blanco.

Así lo explica un equipo de 26 científicos que representan a 29 instituciones académicas de países como Australia, Austria, Brasil, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, México y Reino Unido, en un estudio publicado este lunes en la revista ‘’Palaeontologia Electronica’.

Formalmente llamado ‘Otodus megalodon’, a esta especie extinta habitualmente se la representa como un tiburón monstruoso de gran tamaño en películas de ciencia ficción, como ‘Megalodón’ (2018) y ‘Megalodón 2: La fosa’ (2023).

Estudios anteriores sugieren que ese tiburón probablemente medía entre 15 y 20 metros de longitud. Sin embargo, es conocido en gran medida solo por sus dientes y vértebras en el registro fósil.

Así, el gran tiburón blanco moderno (‘Carcharodon carcharias’) se ha utilizado tradicionalmente como modelo para la forma corporal de ‘Otodus megalodon’ en algunos estudios. Ese modelo llevó a los investigadores a concluir que el megalodón era redondo y rechoncho como los tiburones blancos.

Sin embargo, una nueva investigación apunta que el megalodón tenía una forma corporal más alargada que la del tiburón blanco moderno.

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“Nuestro equipo volvió a examinar el registro fósil y descubrió que el megalodón era más delgado y posiblemente incluso más largo de lo que pensábamos. Por lo tanto, un mejor modelo podría ser el tiburón mako moderno”, sentencia el biólogo Phillip Sternes, de la Universidad de California en Riversdide (Estados Unidos).

Sternes añade: “Habría sido un depredador formidable en la cima de la antigua cadena alimentaria marina, pero se habría comportado de manera diferente, según esta nueva comprensión de su cuerpo”.

‘MOMENTO EUREKA’

Para el nuevo estudio, un equipo de 26 científicos de todo el mundo, codirigido por Sternes y Kenshu Shimada, profesor de paleobiología de la Universidad DePaul (Estados Unidos), se inspiraron en las longitudes corporales previamente estimadas para el megalodón.

Los autores comprobaron que un conjunto incompleto de vértebras fósiles previamente descrito de un individuo de ‘Otodus megalodon’ tenía 11,1 metros de longitud vertebral total combinada. Sin embargo, en otro estudio previo se estimó que exactamente el mismo individuo fósil tenía sólo 9,2 metros de longitud total, incluida la cabeza.

“Fue un ‘momento eureka’ cuando nuestro equipo de investigación se dio cuenta de la discrepancia entre dos longitudes publicadas anteriormente para el mismo espécimen de megalodón”, subraya Shimada.

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Luego, los investigadores cotejaron los fósiles de vértebras de megalodón con los de parientes vivos de tiburones lamniformes. “Medimos todo el esqueleto vertebral de un gran tiburón blanco vivo con un escáner CT y lo comparamos con la reconstrucción anterior de la columna vertebral del megalodón”, recalca Sternes.

Este investigador indica: “Era un tiburón depredador gigante. Pero los resultados sugieren fuertemente que el megalodón no era simplemente una versión más grande del gran tiburón blanco moderno”.

Esta comprensión revisada del tipo de cuerpo del megalodón afectaría a su impacto en la ecología y la evolución de los ecosistemas marinos que dieron forma a los océanos actuales.

Los investigadores destacan que no hay duda de que el megalodón fue uno de los depredadores marinos más grandes que jamás haya existido, pero un cuerpo más delgado y alargado sugeriría que también tenía un canal digestivo más largo.

Según Sternes, esos tiburones podrían haber disfrutado de una mayor absorción de nutrientes y no haber tenido que comer con tanta frecuencia como se creía anteriormente. “Con una mayor capacidad para digerir su comida, podría haber aguantado más tiempo sin necesidad de cazar. Esto significa menos presión de depredación sobre otras criaturas marinas”, explica.

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COMPETENCIA POR LA COMIDA

Algunos científicos sobre tiburones han teorizado que una disminución natural de las presas llevó a la extinción de los megalodones. Sin embargo, Sternes tiene otra teoría: “Creo que hubo una combinación de factores que llevaron a la extinción, pero uno de ellos puede haber sido la aparición del gran tiburón blanco, que posiblemente era más ágil, lo que lo convertía en un depredador incluso mejor que el megalodón. Esa competencia por los alimentos puede haber sido un factor importante en su desaparición”.

Jake Wood, de la Universidad DePaul, subaya que, “en el futuro, cualquier discusión significativa sobre la forma del cuerpo de ‘O. megalodon’ requeriría el descubrimiento de al menos un esqueleto completo, o casi completo, de la especie en el registro fósil”.

“A pesar del importante avance científico de nuestro nuevo estudio, el hecho de que todavía no sepamos exactamente cómo era ‘O. megalodon’ hace que nuestra imaginación siga funcionando”, agrega Shimada.

Sternes concluye: “Ahora que sabemos que era un tiburón más delgado, necesitamos volver a investigar su estilo de vida, cómo vivía realmente y qué causó su muerte”.


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