Traoré denuncia la existencia de un “centro de operaciones” en Costa de Marfil y dos bases francesas en Benín para desestabilizar al país
MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
El jefe de la junta militar de Burkina Faso, Ibrahim Traoré, ha expresado su intención de liderar el país otros cinco años más, con el foco puesto en fortalecer el Ejército para la lucha contra el terrorismo y en una reforma de la Justicia.
Traoré pronunció un discurso ante la nación difundido el jueves por la noche por los medios locales en el que afirmaba que impulsaría un cambio en el modelo de justicia para “limpiar” el sistema judicial de “corruptos y delincuentes”.
Asimismo, aseguró que debido al terrorismo “muchas familias han quedado destruidas”. “Son delincuentes, violadores, narcotraficantes que están armados y que siembran desolación en nuestras regiones. No lo hacen en nombre de ninguna religión”, recalcó.
Burkina Faso fue escenario en enero de 2022 de un golpe de Estado que derrocó al presidente electo, Roch Marc Christian Kaboré. Posteriormente, Traoré dio un ‘golpe de palacio’ contra el entonces líder de la junta, Paul-Henri Sandaogo Damiba, y se alzó al puesto de jefe militar y presidente de transición.
El país ha experimentado en términos generales un aumento significativo de la inseguridad desde el año 2015, con ataques obra tanto de la filial de Al Qaeda como la de Estado Islámico, lo que ha provocado una oleada de desplazados internos y refugiados hacia otros países de la región.
SOBRE COSTA DE MARFIL Y BENÍN
Por otro lado, Traoré denunció la existencia de un “centro de operaciones” en la capital administrativa de Costa de Marfil, Abiyán, así como dos bases francesas ubicadas en Benín con presencia de terroristas a fin de desestabilizar a Burkina Faso, según el portal de noticias Lefaso.
En respuesta, el secretario general del Gobierno de Benín, Wilfried Léandre Houngbédji, indicó en la red social X que su discurso es “desinformación” y alimenta “el resentimiento de los pueblos”, mientras que también amenaza la convivencia pacífica de los pueblos” en el continente.
Las autoridades de transición de Burkina Faso ya apuntaron a un “deterioro” de las relaciones con Costa de Marfil a principios de junio y acusaron al país vecino de convertirse en “la retaguardia de los que intentan desestabilizar” la situación en territorio burkinés.
Por su parte, el Gobierno de Benín ya salió al paso en mayo y negó la existencia de bases militares en Francia, asegurando que se trataba de “pequeños campamentos militares” destinados a apoyar la lucha contra el terrorismo y la inseguridad en el país africano tras las acusaciones por parte de Níger.
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