MADRID, 10 (SERVIMEDIA)
El Instituto Cervantes acogió este viernes en su sede de Madrid un homenaje de Manuel Azaña (1880-1940) en el marco del cual se depositó un legado ‘in memoriam’ en la Caja de las Letras de la institución cervantina compuesto por primeras ediciones de sus obras, discursos y una postal personal.
Este acto de homenaje forma parte de la duodécima edición de las jornadas sobre la vida y obra de Manuel Azaña y se celebró coincidiendo con el 145 aniversario de su nacimiento.
En el acto estuvieron presentes el ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, José Manuel Albares; el director del Cervantes, Luis García Montero; María José Navarro Azaña, sobrina nieta de Azaña; el presidente de la Fundación Manuel Azaña, Isabelo Herreros; y el presidente del Foro del Henares, José Morilla.
El legado de Azaña depositado en la Caja de las Letras del Cervantes se compone de un ejemplar de la ‘Vida de don Juan Valera’, una postal personal que Azaña remitió a su familia y un documento fechado en 1924, de su etapa en la Dirección General de los Registros y del Notariado.
A ello se añade una miniatura a pluma realizada a mano por Guillermo Bilbao, con el discurso íntegro del Campo de Comillas, que Azaña pronunció en Madrid el 20 de octubre de 1935, en el que abogó por la construcción del Frente Popular; la reproducción impresa del discurso que pronunció en Valencia el 21 de enero de 1937 durante la Guerra Civil; una página duplicada manuscrita de ‘Mi rebelión en Barcelona’; y primeras ediciones de obras suyas, como ‘El jardín de los frailes’.
En el turno de parlamentos, Albares subrayó que Manuel Azaña es una de esas personas que “parecen reflejar en su propia vida todo el compendio de un tiempo”, lo que le provoca que “trasciendan su propia vida, su propia época y se convierten en una referencia universal”.
En ese sentido, comentó que hoy el Cervantes rinde homenaje “al hombre, al estadista, al escritor, al referente de todos los hombres que defendieron la democracia frente a la tiranía y la intolerancia” y al portador de unos “valores que son hoy los de la inmensa mayoría de los españoles”.
EJEMPLO PARA DEMOCRACIA
Tras indicar que Azaña enseñó que “la palabra y la razón son las únicas herramientas legítimas de la política”, apuntó que su ejemplo ha permitido construir “nuestra democracia” y el “mayor periodo de paz y progreso” en España.
El jefe de la diplomacia española reseñó que la figura de Azaña permite “reivindicar la razón frente a la confrontación; el diálogo frente al insulto; y la verdad frente a la desinformación” y remató su intervención arguyendo que “hacen falta personas que hagan de la tolerancia, de la defensa de la libertad y de la justicia social el fiel de su balanza moral y de su compromiso público”.
A su vez, García Montero, que explicó que las obras completas de Azaña se destinarán en la biblioteca patrimonial del Cervantes en Alcalá de Henares (Madrid), presentó al último presidente de la Segunda República como el corresponsal que durante la Primera Guerra Mundial “hizo gala de un sentimiento aliadófilo y democrático importante”; como el responsable de ‘La Pluma’, una de las grandes revistas españolas del primer tercio del siglo XX; como el “gran ensayista” que estudio a Juan Valera; como el “reivindicador” de Miguel de Cervantes en ensayos y conferencias; como el ganador del Premio Nacional de Literatura por su ‘Vida de Juan Valera’ en 1926; como el autor de ‘El jardín de los frailes’; como el dramaturgo de ‘La corona: drama en tres actos’ y de ‘La velada en Benicarló; como el presidente del Ateneo de Madrid; y como “un personaje fundamental desde el Gobierno y la Jefatura de Estado en la Segunda República”.
PODER Y ÉTICA
El director del Cervantes atestiguó que una de las grandes lecciones que dejó Azaña fue que “el poder no puede olvidarse de la ética”, lo que le permitió rememorar el discurso que éste pronunció en el Ayuntamiento de Barcelona el 18 de julio de 1938 en el que aludió a la “paz, piedad y perdón” entre españoles.
Esto le sirvió para manifestar que si España es actualmente un referente en “paz, concordia e igualdad” se debe a que “hemos sabido heredar el compromiso histórico de personas como Azaña”, de quien deslizó que “se sentiría muy orgulloso de leer en voz alta el artículo 1 de la Constitución Española”.
Por su parte, María José Navarro Azaña aseveró que “todas las personas que son recordadas nunca morirán”; mientras que Isabelo Herreros recordó la labor de Azaña en el “ministerio más difícil”, el de la Guerra, durante la Segunda República.
Por último, José Morilla, destacó la importancia de “fomentar el conocimiento” de la vida y obra del “hijo más importante a nivel intelectual y político en el siglo XX” que haya tenido Alcalá de Henares.
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