MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
El presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, el juez Manuel Marchena, ha asegurado que los profesionales de la Abogacía son los que están “más asegurados” frente al futuro de la inteligencia artificial dado su “proximidad” con los clientes, a diferencia de los fiscales o los jueces.
Así se ha pronunciado en el marco de un desayuno jurídico celebrado este martes en el Colegio de la Abogacía de Madrid, donde ha abordado el desafío de las nuevas tecnologías de inteligencia artificial para la Abogacía en comparación con el de otros operadores jurídicos.
Marchena ha incidido en que el futuro de la inteligencia artificial no es una cuestión de “décadas”, porque va a un ritmo acelerado. “Hay quien dirá que esto le va a quedar muy lejos. Pero yo creo que esta actitud ya no es posible”, ha dicho al tiempo que ha insistido en que los abogados de hoy van a vivir el impacto de estas herramientas.
Aunque el magistrado se ha manifestado en reiteradas ocasiones sobre la inteligencia artificial y la Administración de Justicia, en esta ocasión se ha centrado en los abogados. Así, ha explicado que, aunque en la actualidad instrumentos como ‘chat GPT’ permiten a los ciudadanos conseguir en segundos contratos de arrendamiento sin recurrir a un abogado, los profesionales de la Abogacía pueden “estar más tranquilos” porque, a su juicio, “hay razones evidentes”.
RELACIÓN “INSUSTITUIBLE” CON EL CLIENTE
Marchena ha insistido en que la relación entre el juez y el justiciable es “distante” y que, por contra, “la relación entre abogados y clientes incluye elementos subjetivos: credibilidad, confianza y trato”, algo que considera “insustituible por automatismos”.
“Hay una labor próxima al cliente, un contacto que puede ser hasta emotivo, esa sensación de proximidad que tiene el cliente. Esa proximidad no la puede sustituir una máquina”, ha señalado.
Al hilo, además, ha recalcado que los abogados tienen la capacidad de dar respuesta a dilemas éticos. “Al ‘chat GPT’ le puedes pedir que te cree un entramado societario. Al abogado le plantea un dilema”, ha indicado el juez del Supremo para luego avisar que son los profesionales de la Abogacía que “tienen más asegurado el futuro”.
Así, el magistrado ha concluido que los abogados tienen que subirse “a ese tsunami con una tabla de surfear lo suficientemente sólida”. “No cabe la actitud ‘anti’. Se están generando derechos a los que tenéis que incorporaros”, ha insistido a los profesionales de la Abogacía al tiempo que les ha pedido: “No caigáis en el pesimismo”.
Preguntado sobre si cree que los grandes despachos son los que más van a poder sacar provecho a la inteligencia artificial, Marchena ha dicho que no que, a su juicio, los pequeños despachos también podrán valerse de esta herramienta para automatizar ciertas funciones y rebajar, así la carga de trabajo.
LOS ‘CHATBOTS’ Y LAS LEYES
Aún así, el presidente de la Sala de lo Penal del TS ha defendido que por más automatismos que se incorporen al mundo jurídicos, se debe “conservar” la idea de que “la Administración de Justicia es una tarea humana”.
Sobre este extremo, ha preguntado si los ciudadanos prefieren un juez sin sesgos ideológicos o uno esté vinculado a ninguna asociación, si un juez humano con todos sus defectos o un juez robótico. “El juez es algo más que una máquina integradora de sentencias. Un instrumento clave para el equilibrio entre poderes del estado. No se puede sustituir por una justicia robótica”, ha recalcado.
En este sentido, ha subrayado al cierre de su intervención que aunque un ‘chatbot’ pudiese redactar una ley, ésta en realidad representa mucho más, porque “es el mandato de la soberanía popular”. “La vida no consiste en máquinas expendedoras de documentos”, ha zanjado.
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