MADRID, 11 (SERVIMEDIA)
Un estudio coordinado desde la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y el Ciber de Epidemiología y Salud Pública (Ciberesp) del instituto, analizó las barreras que encuentran las mujeres jóvenes expuestas a la violencia de género para acceder y utilizar los servicios de ayuda.
Los resultados del estudio, publicado en la revista ‘PLOS One’, señalan, por un lado, hacia barreras psicosociales, derivadas del complejo proceso de salida de una situación de violencia, y ligadas a construcciones sociales marcadas por las desigualdades de género. También detallaron que hay barreras estructurales, como la falta de recursos humanos, materiales y económicos de los centros, o a una falta de adaptación de estos servicios a las mujeres jóvenes.
Para el estudio, las investigadoras realizaron 17 entrevistas en profundidad, realizadas en la Comunidad de Madrid a personas que gestionan recursos de atención de servicios sociales, recursos sanitarios, fuerzas de seguridad, oficinas de la mujer y/o juventud, y asociaciones de ayuda a la violencia de género.
Entre las dificultades percibidas por las personas que trabajan en este tipo de servicios, los entrevistados señalan una demora en el tiempo que tardan las mujeres jóvenes en reconocer y demandar ayuda para este tipo de violencia, en parte debido a que la construcción social de las relaciones afectivo-sexuales está impregnada de desigualdades de género.
Asimismo, citan la complejidad de manejar una situación de violencia y escapar de ella, y añaden las barreras inherentes a los servicios de atención a la violencia, como la falta de coordinación entre los distintos niveles asistenciales, la falta de falta de adaptación de estos servicios a la juventud, o una mayor falta de confidencialidad en el medio rural.
Las autoras señalaron, en consecuencia, que los aspectos clave para mejorar la prevención de esta violencia y el acceso a estos recursos de ayuda están relacionados tanto con las circunstancias de las jóvenes afectadas, como con el desarrollo de la práctica profesional que lucha contra ella, y con las capacidades de los servicios de atención.
Además, detallaron la necesidad de una mayor formación sociosanitaria, especialmente en atención primaria, para atender este tipo de violencia, y la importancia de contar con equipos multidisciplinares, con diferentes tipos de profesionales, para abordarla con éxito.
El trabajo formará parte de la tesis doctoral de una de las autoras del trabajo, Eva Durán Martín, en el marco del Programa de Doctorado en Ciencias Biomédicas y Salud Pública del Instituto Mixto Imens del ISCIII y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Igualmente, en la investigación participan investigadoras de la Universidad de Alicante, la Universidad Autónoma y la Universidad Carlos III de Madrid.
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