MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
La reanudación del curso escolar llega este viernes en Ucrania marcada por segundo año consecutivo por la guerra, que ha provocado que más del 40 por ciento de los niños no puedan volver a la escuela a tiempo completo y tengan que recurrir a la educación a distancia o a un sistema híbrido.
Pese a que la enseñanza presencial ha aumentado con respecto a curso anterior –de 1,3 a 2,3 millones–, se calcula que 1,7 millones de niños, tendrán todavía un acceso limitado, según datos del Ministerio de Educación. La directora de Save the Children en Ucrania, Sonia Khush, ha afirmado que en estos dos años “hay miles de niños y niñas que no han pisado las aulas ni conocido en persona a sus profesores y compañeros”.
Sólo las escuelas que disponen con refugios antiaéreos con capacidad para todo el alumnado y el personal pueden reabrir por completo y las autoridades estiman que aún quedan por reformar unos 4.000 centros de todo el país, especialmente en zonas del este y el sur donde la amenaza de ataques aéreos es mayor.
“Ir a la escuela es vital no sólo para su educación, sino también para sus habilidades sociales”, ha explicado Khush, quien ha recordado que estos centros “deben ser lugares seguros y felices para que aprendan mientras reciben apoyo y protección”. “Estos son algunos de los años más cruciales de sus vidas, y cualquier interrupción en la educación puede tener consecuencias a largo plazo hasta la edad adulta”, ha dicho.
Myroslav, de doce años, ha pasado la mitad de su educación aprendiendo desde casa, primero debido a la pandemia de COVID-19 y ahora por la guerra. Y esto le pasa factura, como reconoce él mismo a Save the Children: “Antes sacaba mejores notas que ahora. A veces se va internet, hay retrasos, y no podemos oír a nuestro profesor. Es un problema habitual”.
Vive en un pueblo de la región de Járkov, a apenas 70 kilómetros del frente de combate y recuerda que el curso anterior fue complicado, con ataques constantes. “Nos atacaban con lanzacohetes a las afueras del pueblo. Cada cinco minutos algo volaba sobre nosotros. ¿Cómo se podía estudiar así?”, se pregunta.
Yevheniia, de 16 años, vive en Dnipro y en su instituto hay refugio, pero no tiene suficiente capacidad, por lo que pasa la mayor parte de su tiempo en casa. En su caso, le preocupa “sentirse perdida en la sociedad”, ya que no ir diariamente a clase ha afectado a sus relaciones con los compañeros.
Save the Children, que dispone de equipos móviles para suplir la falta de escuelas, ha incidido en que, incluso en situaciones de conflicto, hay determinadas infraestructuras protegidas por el Derecho Internacional. Desde febrero de 2022, fecha de inicio de la ofensiva militar rusa, han sido destruidos más de 360 centros educativos y alrededor de 3.400 han sufrido años.
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