MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
La actividad manufacturera de Estados Unidos retrocedió en septiembre al situarse en los 47,3 puntos desde los 47,9 anteriores, lo que se ha traducido en una profundización del deterioro de la salud del sector por tercer mes consecutivo y en su peor dato desde junio de 2023, según el índice de gerentes de compras (PMI) elaborado por S&P Global.
La agencia ha explicado que tanto la producción como los nuevos pedidos cayeron de forma más acusada en septiembre en un contexto de incertidumbre política y atonía en la demanda. Igualmente, el empleo disminuyó al ritmo más fuerte desde principios de 2010 de excluirse los años de la pandemia.
Como nota positiva, la confianza aumentó al darse por descontado que las nuevas empresas y el entorno macro remontarán después de las elecciones presidenciales de noviembre.
Además, el encarecimiento de los costes de los insumos se moderó, pero siguió siendo “elevado”. Sin embargo, las empresas subieron sus precios de venta a la mayor velocidad desde abril.
“Las fábricas registraron la mayor caída mensual de la producción de los últimos 15 meses en respuesta al desplome de los nuevos pedidos, lo que, a su vez, provocó nuevas reducciones del empleo y en la compra de insumos al limitar las firmas su capacidad operativa”, ha explicado el economista jefe de empresas de S&P Global Market Intelligence, Chris Williamson.
El analista ha indicado que las compañías estadounidenses perciben esta caída en la demanda como “temporal” ante la pausa de compras e inversiones, que anticipan que se desbloqueen tras los comicios. Asimismo, la perspectiva de bajadas de tipos podría reactivar la demanda futura de despejarse la inestabilidad política.
Williamson también ha apuntado que la baja demanda ha contribuido a mantener a raya las presiones de costes, pero que el potencial de los eventos geopolíticos para disparar los costes energéticos o del transporte de mercancías vía marítima podría trastocar esta dinámica.
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