MADRID, 18 (SERVIMEDIA)
El Hospital Universitario de Burgos (HUBU) está poniendo en marcha y probando, desde el pasado mes de octubre, el programa de Asistencia Sanitaria Integral (ASI) para “adaptar” las consultas a los pacientes con trastorno del espectro autista (TEA) y/o discapacidad severa y facilitar así su atención.
Según informó el Diario de Burgos, el proyecto adopta medidas como, por ejemplo, ajustar los horarios de citas a las necesidades de los pacientes. Además, son cambios “muy sencillos” en el trabajo diario de los sanitarios para facilitar la visita de los pacientes y que sea resolutiva, principalmente, tal y como lo explicó la enfermera y responsable del plan ASI en el HUBU, Pilar Bailo, y recogió el diario burgalés.
El espíritu del proyecto es tener en cuenta las necesidades de los pacientes con TEA: “Hay personas que necesitan que los atiendan a primera hora de la mañana o a última”. También, en general, los pacientes con TEA “no suelen tolerar las esperas ni la hiperestimulación sensorial: pasillos muy frecuentados, con mucho ruido u olores”. Por ello, hay que tratar de “adaptar la visita”, buscando espacios “más neutros” y “más amigables”.
La enfermera del HUBU, a finales de mes, se acercará a Oftalmología para reunirse con los sanitarios que van a atender a un paciente con TEA y les explicará los nuevos cambios de este “plan de mejora”, que, realmente, no es nuevo en el hospital.
Bailo es enfermera con 25 años de experiencia en Urgencias y fue la coautora de un proyecto para simplificar y mejorar la atención de las personas con autismo en este servicio, que se puso en marcha en 2016. Se reservó un box para estos pacientes, que se ‘neutralizó’ con unos estores de color blanco y al que entran por un pasillo propio, sin más esperas ni conversaciones que las imprescindibles con el menor número posible de sanitarios.
DESARROLLO
Así pues, actualmente, se trata de extender este proyecto de Urgencias al resto del sistema sanitario. De hecho, Bailo insistió en que hay que trabajar “en coordinación” con Atención Primaria (AP) para que funcione. Primero, porque médicos y enfermeros de los centros de salud “filtrarán” en sus consultas a los potenciales usuarios, con un informe. En general, serán las personas con TEA y/o una discapacidad intelectual, física, psíquica o sensorial igual o superior al 65%.
La enfermera detalló que la discapacidad “no tiene por qué estar reconocida oficialmente”, pero lo que sí es “imprescindible” es que el usuario necesite “acompañamiento permanente durante la asistencia sanitaria”. Ese informe se remite al trabajador social del centro de salud para que pida una tarjeta específica al Servicio de Salud de Castilla y León (Sacyl) que acredite al paciente como beneficiario del programa ASI.
Bailo tendrá constancia de quienes entrarán a formar parte del proyecto y coordinará su atención en el HUBU. Ella contactará con las familias y programará las consultas para adaptarlas a las necesidades que puedan tener. Posteriormente, coordinará estas acciones con los profesionales sanitarios, porque el cometido de esta enfermera es “bidireccional”, relató el Diario de Burgos.
Si la consulta es programada, “la preparamos, porque cada servicio y cada paciente son distintos y las adaptaciones tienen que ser individualizadas”, describió la enfermera. El objetivo es que “integración, visibilidad y otros términos tan bonitos sobre papel se conviertan en realidad efectiva”.
Asimismo, los trabajadores de las consultas externas del HUBU ya recibieron formación específica acerca de los pacientes con autismo y las adaptaciones que necesitan. También, el personal de Admisión tuvo formación, ya que es el primer filtro y tienen un papel “clave”.
“La formación será continua”, señaló. En definitiva, la enfermera reiteró que las medidas son básicas y fáciles de asumir por todas las partes. “Muchas veces es una cuestión de empatía, de ponerse en el lugar del otro y pensar en las necesidades que puede tener”.
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