Alpidio Armas asume que la isla “cambia por completo” esos días ante una “avalancha” de personas que pondrán a prueba los servicios
VALVERDE (EL HIERRO), 9 (EUROPA PRESS)
Tras el fiasco de la edición de 2021, que no se celebró debido a la pandemia –tampoco la extraordinaria a la que se aspiraba en 2022– El Hierro espera, quizás con más ansias y expectación que nunca, la ‘Bajada de la Virgen de los Reyes’, que tendrá su momento álgido el primer fin de semana del mes de julio, cuando la ‘Madre Amada’ cruza la isla por senderos y caminos desde su santuario de La Dehesa hasta la capital, Valverde.
Con las navieras y aerolíneas que operan en El Hierro a pleno rendimiento de venta de billetes y en espera de los tradicionales refuerzos, la isla se enfrenta a un reto logístico de dar servicio a más de 30.000 personas –más del triple de la población residente en la isla– que se distribuyen en camas de familiares, amigos, apartamentos, pequeños hoteles y la variopinta oferta de alquiler vacacional.
“Esto transforma por completo la isla de El Hierro. Hay gente, hay dificultades para comer en los restaurantes, dificultades para moverte porque hay colas por todos lados. No estamos acostumbrados a las colas en las carreteras entre los pueblos. Dificultades para aparcar, incluso dificultades para ir a un supermercado y encontrar lo que uno necesita. Esto es así, sabemos que va a ser de esa manera. De tal manera que estamos tratando de minimizar los efectos que puede tener una avalancha importante de gente”, resume para Europa Press el presidente del Cabildo, Alpidio Armas.
En ese sentido, no oculta que hay que “tomar previsiones” en aspectos esenciales como energía eléctrica, agua, saneamiento o recogida de residuos con el fin de que los servicios no fallen a lo largo del mes de julio porque la isla “cambia por completo”, especialmente durante el primer fin de semana.
Desde que la isla se ha ido incorporando “poco a poco” al negocio turístico, la ‘Bajada’ ha dejado de ser una fiesta familiar, para los herreños, para convertirse en uno de los eventos más esperados del calendario festivo del archipiélago, hasta el punto de que algunos herreños disfrutan más de la ‘Subida’, el camino de vuelta de la virgen a su santuario y que se realiza un mes después.
“La Bajada ya la tenemos toda vendida, no hace falta promocionarla”, zanja Armas, que certifica el lleno turístico de la isla a falta de algunas camas que puedan estar retenidas para subir de precio semanas antes de la fiesta.
Otro aspecto que le preocupa al presidente es que la isla sea capaz de responder a la demanda de los visitantes y estar a la altura del servicio. “Le pedimos a los empresarios ser conscientes de lo que se nos viene y de que hagan las previsiones necesarias”, señala.
SE BUSCAN CAMAREROS Y COCINEROS
El presidente herreño no obvia que va a ser difícil abastecer la demanda de todos los visitantes y pone como ejemplo que es “tremendamente difícil” encontrar cocineros y camareros para cubrir las plantillas en restauración, hasta el punto de que se realizan, a marchas forzadas, acciones de formación.
Para la movilidad, en una isla donde el turismo se mueve casi en su totalidad en coche de alquiler, el Cabildo prepara nuevamente un dispositivo de guaguas lanzadera para llevar a los asistentes hasta La Dehesa.
Mayuri Castañeda, vocal de Ashotel en la isla y propietaria de un complejo de apartamentos en La Frontera asume que ya está “todo lleno” a la espera de que se abran camas por cancelaciones de última hora, y con precios medios que se incrementan un 10% sobre las tarifas convencionales dada la alta demanda.
“Yo lo tengo vendido desde hace más de dos años para la Bajada pasada”, apunta, asumiendo que El Hierro, con algo más de 3.600 camas, se queda pequeño, de ahí que en redes sociales haya revuelo cada vez que se anuncia la posibilidad de que queden camas, aunque sea fuera de la oferta reglada.
“Siempre hay de todo, lamentablemente, y normalmente esos son los que más especulan”, indica.
Castañeda espera que la gente no se quiera concentrar solo en el primer fin de semana de julio porque se pierde la “esencia” de la fiesta, que dura todo el mes, con la visita la virgen a todos los pueblos de la isla, pero admite el “bajón” de reservas el resto del mes.
“A la gente le cuesta entender que la ‘Bajada’ es un mes, que también está la ‘Subida’, tan bonita como la ‘Bajada’, con otro significado, uno es más de alegría y el otro más de añoranza, pero es la misma ruta y la misma devoción, pero a los de fuera les cuesta entenderlo”, señala.
CAMINO DE LA VIRGEN: LLEVAR COMIDA Y BEBIDA
El presidente de Apyme –la asociación de empresarios de la isla–, Feliciano López, precisa que no hay “preocupación” por la posible “masificación” que pueda haber en la isla pero entiende que todos los servicios sí que deben estar “preparados” para el incremento de la demanda.
Una de las características de la ‘Bajada’ es que ese día, el sábado 5 de julio, prácticamente la isla ‘cierra’ y no habrá establecimientos abiertos de tal forma que los caminantes deben tener en cuenta su propia comida y bebida.
“Hay que hacer un llamamiento a las personas para que sepan que si van a hacer la ‘Bajada’ por el camino de la virgen no se van a encontrar ningún lugar ni ningún establecimiento que les pueda ofrecer alimentarse, tienen que ir preparados”, detalla.
Feliciano no duda de que la ‘Bajada’ es un impulso económico para la isla pero, al mismo tiempo, advierte de que las plantillas de las empresas, normalmente de tipo familiar, son ajustadas y no se les pude pedir un “sacrificio” un mes entero, por lo que desde su asociación se trabaja con el Cabildo en la formación y búsqueda de trabajadores, principalmente camareros.
Sobre el posible desabastecimiento de algunos productos en la isla –ocurrió en la edición de 2017– cree que este año no va a haber problemas porque la isla ahora está conectada con Tenerife con dos navieras y doce frecuencias semanales.
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