MADRID, 25 (SERVIMEDIA)
La capa de hielo marino del océano Ártico ha llegado al final de la temporada de fusión veraniega al alcanzar probablemente su extensión mínima anual el pasado 11 de septiembre con 4,28 millones de kilómetros cuadrados, lo que supone el séptimo mínimo más bajo desde que en 1979 comenzara el registro histórico por satélite.
Así se desprende de un análisis preliminar del Centro Nacional de Datos sobre Hielo y Nieve (NSIDC, en sus siglas en inglés), que pertenece al Instituto Cooperativo para la Investigación en Ciencias Ambientales (Cires) de la Universidad de Colorado en Boulder (Estados Unidos) y está apoyado por la NASA.
Los últimos 18 años son los 18 con mínimo anual de extensión de hielo marino del Ártico más bajos registrados por satélite. “Cada año trae algo nuevo para el océano Ártico”, según Walt Meiner, científico investigador principal del NSIDC.
Meiner añadió: “Este verano vimos una pérdida de hielo muy temprana en la bahía de Hudson, en aguas abiertas cerca del Polo Norte y un témpano de hielo persistente cerca del estrecho de Bering que persistió durante la temporada de deshielo de verano. Si bien no fue un nuevo mínimo histórico, el mínimo de hielo marino de este año es otro ejemplo de un entorno ártico modificado”.
El hielo marino del Ártico, que es la capa de agua congelada que cubre gran parte del océano Ártico y los mares vecinos, se conoce a menudo como el acondicionador de aire del planeta porque su superficie blanca devuelve la energía solar al espacio y enfría así el globo.
Ese casquete de hielo marino cambia con las estaciones, puesto que crece en otoño y en invierno, y disminuye en primavera y en verano. Su extensión mínima veraniega, que ocurre típicamente en septiembre, ha estado disminuyendo a un ritmo rápido desde finales de los años 70 del siglo pasado por el aumento de las temperaturas.
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