Una coalición de organizaciones civiles pide al TPI investigar supuestos abusos del M23
MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
El grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) ha irrumpido este miércoles en la localidad de Nyamilima, en el este de República Democrática del Congo (RDC), un día después de hacerse con el control de otra aldea en la provincia de Kivu Norte.
Fuentes citadas por el portal congoleño de noticias Actualité han señalado que los rebeldes han llegado a Nyamilima desde Binza, en el territorio de Rutshuru, aprovechando que en la zona no se encuentra desplegado el Ejército.
Así, estas fuentes han especificado que el M23 ha utilizado “una ruta secundaria” para llegar a la localidad y ha dicho que los rebeldes han pasado por “un puesto de las Fuerzas Armadas de RDC abandonado desde hace más de dos años y medio que fue ocupado recientemente por fuerzas de autodefensa”.
El avance del M23 llega un día después de que fuentes locales citadas por la emisora Radio Okapi apuntaran que el grupo se había hecho con el control de Kisharo, en medio de los contactos para su repliegue y desarme, mediados por la Comunidad Africana Oriental (EAC, según sus siglas en inglés).
El M23 había trasladado a la Fuerza Regional de África Oriental (EACRF) que se retiraría antes del 5 de enero de las localidades de Rumangabo y Kishishe, después de hacer lo propio de Kibumba. Sin embargo, las autoridades de RDC se han mostrado escépticas sobre estos anuncios.
Por su parte, la Red contra el Terrorismo en RDC (RCT), que aglutina a cerca de 150 organizaciones de la sociedad civil, ha aplaudido un reciente informe que las autoridades ruandesas mantienen una “intervención directa” en el país africano a través de su apoyo al M23.
En este sentido, ha pedido al Tribunal Penal Internacional (TPI) que abra una investigación por supuestas violaciones de los Derechos Humanos en el este del país y la imposición de sanciones contra Kigali por su apoyo a los rebeldes, según Radio Okapi.
La RCT ha acusado al grupo de usar niños soldado, atacar estructuras civiles, cometer asesinatos, violaciones, detenciones arbitrarias y torturas, lo que supondrían crímenes de guerra, contra la humanidad y genocidio, según estas organizaciones.
El M23 ha sido acusado desde noviembre de 2021 de llevar a cabo ataques contra posiciones del Ejército en Kivu Norte, a pesar de las autoridades congoleñas y el M23 firmaron en diciembre de 2013 un acuerdo de paz tras los combates registrados desde 2012 con el Ejército, que contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas.
La situación ha provocado un repunte de las tensiones entre RDC y Ruanda, dado que Kinshasa acusa a Kigali de apoyar a los rebeldes. Kigali, por su parte, denuncia el respaldo de Kinshasa a las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), fundado e integrado principalmente por hutus responsables del genocidio de 1994 en Ruanda.
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