MADRID, 16 (SERVIMEDIA)
El presidente de Aecoc, la asociación que reúne a más de 34.000 empresas de la industria y la distribución, Ignacio González, advirtió este miércoles de que el absentismo laboral exige un debate, “como mínimo, al mismo nivel que el de la reducción de la jornada laboral”.
Así lo puso de manifiesto durante la inauguración del 39º Congreso del gran consumo de Aecoc en el que apuntó que el absentismo laboral “perjudica seriamente” a la productividad, ya que, según indicó, hasta 1,3 millones de personas faltan a sus puestos de trabajo cada día, un 7,2% de la población activa española. Estas cifras exigen una reflexión, en opinión de González, puesto que “es como si toda Galicia se ausentara en su jornada laboral”. Dijo que el sector está dispuesto a participar en un debate global sobre el futuro del empleo, pero rechazó “atacar los problemas parcialmente, de forma simplificada”.
El presidente de Aecoc destacó que el mercado laboral sigue mostrando “fortaleza”, con un incremento del número de afiliados en 350.000 personas, mientras la población española crece y el turismo “vuelve a batir récords”.
Sobre la inflación, el presidente de Aecoc vaticinó que la que atañe a los alimentos crecerá por debajo de la general, por lo que afirmó que “lo peor ya ha pasado”. Destacó que, a día de hoy, el IPC alimentario es del 1,8%, el más bajo en tres años, y propicia “un entorno económico de moderado optimismo, marcado por la recuperación del consumo privado, un buen comportamiento del mercado laboral, el crecimiento de la población, el impulso del sector turístico y una razonable situación financiera de los hogares.”
Pese a este favorable entorno económico, González alertó de que la inestabilidad geopolítica “podría tener impacto en el funcionamiento de la cadena de valor” y para el consumo “no hay nada peor que la incertidumbre”.
Igualmente, advirtió de que “la presión fiscal, un marco regulatorio muy exigente y el absentismo laboral” lastran la competitividad y la productividad de las empresas españolas. En este sentido, indicó que la presión regulatoria para las compañías españolas -hasta un 36% superior en comparación con la UE- está ejerciendo de freno a la competitividad.
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