MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
La comisión de legisladores que intenta salvar en Francia la reforma migratoria impulsada por el Gobierno ha cerrado este martes un borrador que convence no sólo a Los Republicanos, representantes de la derecha tradicional, sino también a los ultraderechistas de Agrupación Nacional, que ya han anunciado que votarán a favor del nuevo texto.
Una semana después de que el Ejecutivo sufriese una sonada derrota en la Asamblea Nacional, los 14 legisladores –siete diputados y siete senadores– que negociaban desde el lunes un nuevo proyecto han consensuado una serie de cambios que ahora deben ser sometidos de nuevo a votación en las dos cámaras del Parlamento galo.
La primera ministra, Elisabeth Borne, ha insistido en que se trata de una reforma “necesaria” y el responsable del Interior, Gérald Darmanin, cree que, aunque “no es el texto perfecto”, sí supone un paso adelante “para proteger a los franceses”, por lo que espera poder cubrir sin contratiempos los trámites en ciernes, según Franceinfo.
El presidente de Los Republicanos, Eric Ciotti, ha considerado que “es un verdadero punto de inflexión” y ha reivindicado la influencia de su partido en las negociaciones, tras la que ha prometido que los legisladores de la formación conservadora votarán ‘sí’.
También ha confirmado el voto a favor la presidenta del grupo de Agrupación Nacional en la Asamblea Nacional, Marine Le Pen, que ha hablado de “una victoria ideológica” para su partido, mientras que desde la izquierda han anunciado que presentarán mociones de rechazo para tratar de frenar la aprobación final.
Una de estas mociones fue precisamente la que tumbó el texto en la Asamblea, aunque en el primer intento tanto Los Republicanos como Agrupación Nacional se habían posicionado en contra del plan del Gobierno. Ahora, el principal riesgo para la coalición en torno a Macron está en perder los apoyos de legisladores más centristas que puedan sentirse menos representados por el endurecimiento de ciertas políticas.
Uno de los principales focos de tensión han sido las ayudas sociales, ya que inicialmente la derecha reclamaba un claro endurecimiento de las actuales políticas. Finalmente, este tipo de prestaciones, por ejemplo las destinadas a familias o a temas de vivienda, estarán condicionadas a que los extranjeros lleven al menos cinco años en Francia, en lugar de seis meses como hasta ahora. En caso de tener trabajo, se rebajan los plazos, a entre tres y 30 meses, en función del subsidio.
Además, el borrador incluye medidas de regularización de los inmigrantes que puedan trabajar en sectores con escasez de mano de obra –sujetas a la discrecionalidad de los prefectos–, el endurecimiento de los requisitos para la reunificación familiar, la recuperación del delito de estancia ilegal, la prohibición de ingreso de menores en centros de reclusión administrativa o la retirada de la nacionalidad para quienes cometan delitos contra las fuerzas de seguridad.
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