MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
El Gobierno de Etiopía ha acusado este viernes a países y entidades occidentales de difundir la propaganda del Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) para impulsar una campaña “siniestra” con fines políticos contra Adis Abeba.
“El Gobierno de Etiopía se ve obligado a sopesar sus opciones y considerar sus relaciones con algunos Estados y entidades que están haciendo acusaciones infundadas y políticamente motivadas de tal gravedad”, ha precisado en un comunicado recogido en su perfil oficial de Twitter.
En este sentido, ha señalado que esta es una “campaña orquestada” por los rebeldes del TPLF. “Algunas entidades occidentales admiten públicamente que impulsan esta retórica porque Etiopía se niega a sucumbir a sus instrucciones”, ha agregado.
El Gobierno de Abiy Ahmed ha resaltado que es “irresponsable” y “vergonzoso” que este tipo de alegaciones se usen con un fin político, al tiempo que ha indicado que las acusaciones contra Etiopía “no cambian los hechos en el terreno”.
Estas declaraciones se producen en el contexto de los crecientes llamamientos de organizaciones e instituciones internacionales de Derechos Humanos, como la ONG Amnistía Internacional (AI), sobre el temor a nuevos crímenes atroces en la región de Tigray.
“Los civiles tigrayanos temen que los abusos generalizados, como los asesinatos y la violencia sexual, puedan volver a ocurrir”, declaró el lunes la directora de AI para África Oriental y Meridional, Muleya Mwananyanda.
La guerra ha sufrido un recrudecimiento durante las últimas semanas tras el estallido de nuevos combates en agosto después de cinco meses de tregua humanitaria pactada entre las partes. El TPLF ha denunciado además una ofensiva a gran escala del Ejército eritreo en apoyo a las fuerzas etíopes.
A esto hay que sumarle además que el pasado 14 de octubre, el ministro de Asuntos Exteriores, Demeke Mekonnen, escribió una carta al Gobierno irlandés amenazando con cortar las relaciones diplomáticas por “socavar la soberanía e integridad territorial de Etiopía”, tal y como ha recordado ‘Addis Standard’.
No es la primera vez que las relaciones entre Etiopía e Irlanda se tensan. El Gobierno expulsó en noviembre de 2021 a cuatro de los seis diplomáticos que trabajaban en la Embajada de Adís Abeba por las “posiciones que Dublín expresó a nivel internacional sobre el conflicto y la crisis humanitaria en curso en Etiopía”.
El ministro de Exteriores irlandés, Simon Coveney, lamentó “profundamente” esta decisión, ya que “Irlanda ha tenido una presencia diplomática en Etiopía desde 1994, trabajando en asociación con el Gobierno y el pueblo etíope para apoyar el desarrollo de su país”.
Irlanda se sumó a países como Alemania, Francia o Estados Unidos al pedir a sus ciudadanos que abandonaran el país africano ante la escalada de la violencia por el conflicto entre las fuerzas del Gobierno etíope y los rebeldes del TPLF, que se encuentra cada vez más cerca de consumir el territorio.
El conflicto en Tigray estalló en noviembre de 2020 tras un ataque del TPLF contra la principal base del Ejército, situada en Mekelle, tras lo que Abiy ordenó una ofensiva contra el grupo tras meses de tensiones a nivel político y administrativo. En la actualidad hay en vigor una “tregua humanitaria”, si bien ambas partes se han acusado de impedir la entrega de ayuda.
El TPLF acusa a Abiy de azuzar las tensiones desde su llegada al poder en abril de 2018, cuando se convirtió en el primer oromo en acceder al cargo. Hasta entonces, el TPLF había sido la fuerza dominante dentro de la coalición que gobernó Etiopía desde 1991, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), sustentada en las etnias. El grupo se opuso a las reformas de Abiy, que consideró como un intento de socavar su influencia.
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