MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
El ministro de Justicia y Seguridad Pública de El Salvador, Gustavo Villatoro, ha señalado que, según los registros de las autoridades, el 35 por ciento de los pandilleros que operan en el país aún están en las calles.
Según ha detallado Villatoro, las pandillas han logrado en los últimos años extender su influencia y conformar una “base social” formada por colaboradores de menor rango, recoge el diario local ‘La Prensa Gráfica’.
En este punto, el ministro salvadoreño ha incidido en que el estado de excepción, decretado hace ya más de un año y en el marco del que se han detenido ya a más de 66.000 supuestos criminales, seguirá vigente hasta que no se logre capturar hasta el último pandillero.
Estas declaraciones van en la línea de las pronunciadas en la víspera por el ministro de Defensa salvadoreño, Francis Merino, quien aseveró que “mientras haya pandilleros en la calle, será necesario el estado de excepción”.
“Esta medida no va a desaparecer hasta que el último pandillero esté enfrentándose a la Justicia”, manifestó Merino durante una entrevista televisiva, donde además defendió la constitucionalidad y legitimidad de “todo lo que se hace” en virtud de la medida.
El estado de excepción, decretado tras una sucesión de jornadas violentas en el país, ha sido prorrogado en hasta once ocasiones a lo largo del último año. La medida no ha estado exenta de polémica pues, a pesar de que parte de la población valora los resultados, más allá de las fronteras salvadoreñas se suceden denuncias por violaciones de Derechos Humanos.
Las autoridades del país centroamericano han detenidos a millares de presuntos pandilleros a los que, tras saturar los centros penitenciarios del país, ha enviado a una macrocárcel –oficialmente denominada Centro de Confinamiento del Terrorismo– construida en tiempo récord y con capacidad de acoger hasta 40.000 reclusos.
El propio presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha llegado a compartir en sus redes sociales vídeos propagandísticos en los que se recoge el proceso de traslado y en los que se observa a los presuntos pandilleros ataviados con apenas un calzón blanco, maniatados por la espalda y con la cabeza gacha.
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