MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
El gobernador del Banco Central de Líbano y en su día uno de los grandes referentes económicos del país, Riad Salamé, deja este lunes su cargo después de tres décadas y lo hace en medio de una crisis económica galopante, numerosos escándalos de corrupción y bajo la amenaza de un vacío ante la falta de consenso para elegir a un sucesor.
Salamé, imputado en Líbano por supuestos delitos económicos y bajo investigación en varios países europeos, es sospechoso de haber malversado varios cientos de millones de euros de fondos públicos libaneses para adquirir numerosas propiedades en el extranjero, Europa concretamente, motivo por el que pesa sobre él una orden de detención internacional emitida por la justicia francesa.
El todavía gobernador ha negado toda responsabilidad sobre unas acusaciones que incluso le apuntan como posible integrante de una red de lavado de dinero, mientras buena parte de la población le acusa de haber ejecutado unas políticas monetarias completamente inapropiadas que han terminado provocando el desplome de la lira.
Por contra, Salamé defiende que está siendo víctima de una supuesta trama mediática para desprestigiarle, ya que su fortuna la amasó en su anterior etapa en el fondo de inversión Merrill Lynch. Por su parte, su hermano Raja ya fue detenido en febrero, acusado de malversación de fondos y lavado de dinero, al igual que la ciudadana ucraniana y excompañera de Riad, Anna Kosakova, propietaria de una de las empresas que se habría beneficiado de esta trama.
A principios de este año, la juez Ghada Aoun ya prohibió a Salamé la salida del país por supuesta mala praxis financiara y ordenó a las autoridades que le hiciera comparecer ante ella para declarar. Su riqueza ha sido objeto de investigación en Líbano desde el año pasado después de que la Fiscalía suiza pidiera ayuda con otro proceso abierto contra él por el supuesto desfalco de más de 300 millones de dólares.
El gobernador se despidió ante los medios con una entrevista al canal LBCI en el que lamentó haberse convertido en una “cabeza de turco” y responsabilizar al Gobierno de la crisis y de ser incapaz de designar a un sucesor: “Estamos ante una encrucijada. A día de hoy”, dijo el jueves, “seguimos sin nuevo gobernador”.
Hay que decir que, en caso extremo de vacancia, el sucesor de Salamé sería su primer adjunto en el cargo, el vicegobernador Wasim Mansuri, según la Ley Monetaria y de Crédito del país, pero son varios los gobernadores adjuntos que han amenazado con dimitir, apuntan los medios libaneses, si el sucesor no es nombrado como es debido.
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