MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
La drástica caída de las temperaturas en la Franja de Gaza ha añadido un nuevo factor de riesgo para la población gazatí y se ha cobrado ya la vida de al menos siete niños, en su mayoría bebés, lo que ha llevado a la ONU y a las ONG que trabajan sobre el terreno a alertar de la especial vulnerabilidad de las cientos de miles de personas que viven en tiendas.
A mediados de diciembre, el grupo de coordinación humanitaria que examina las necesidades de abrigo en Gaza ya avisó de que al menos 945.000 personas necesitaban ayuda urgente para prepararse ante el invierno, por ejemplo con ropa térmica, mantas o material con el que poder sellar los refugios y evitar la entrada de la lluvia y del frío.
La ONU tiene constancia de la muerte de al menos siete niños, gran parte de ellos bebés recién nacidos. Sólo entre el 24 y el 29 de diciembre murieron cinco niños de entre tres días y un mes de edad en tiendas de desplazados del centro y el sur de la Franja de Gaza, según el Ministerio de Sanidad local.
El director regional del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Edouard Beigbeder, advierte de que “estas muertes prevenibles evidencian las condiciones desesperadas a las que se enfrentan las familias y los niños en Gaza”. Si esta “inhumana” situación persiste, teme que a medida que sigan cayendo las temperaturas “más niños pierdan la vida”.
La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) coincide en esta preocupación y avisa de que, pese a que ya es el segundo invierno que Gaza vive en guerra, las condiciones ahora son aún peores que las del año pasado, ya que hace doce meses al menos “todavía había algunos edificios para refugiarse”.
“Tras casi 15 meses de guerra y la destrucción de casi todas las infraestructuras, la mayoría de la gente en Gaza vive en tiendas que apenas aíslan del viento, frío y la lluvia”, explica la coordinadora de emergencias de MSF en Gaza, Pascale Coissard. La ONG, que participa en la atención de varios hospitales, advierte de la especial vulnerabilidad de los niños nacidos de manera prematura o con bajo peso.
ALTO EL FUEGO
La directora general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Amy Pope, ha insistido en la “urgente” necesidad de brindar ayuda a estas poblaciones “vulnerables”, algo que depende en gran medida de la voluntad política. Apenas 285.000 personas han recibido ayuda específica de refugio desde septiembre de 2024, según datos de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU.
La OIM tiene preparados ya en sus almacenes o incluso en los puntos de entrada en la Gaza otro millón y medio de suministros — aislamientos, tiendas o material de cama, por ejemplo–, pero la entrada de ayuda sigue siendo limitada y depende de las directrices que marque Israel, que controla todos los pasos.
Todas las agencias de Naciones Unidas coinciden en pedir un alto el fuego inmediato y duradero en la Franja , la “única solución para aliviar el sufrimiento de la población palestina y garantizar el acceso a la atención médica y la ayuda humanitaria”, como también apunta desde MSF Coissard.
De lo contrario, advierte, el personal médico seguirá siendo incapaz de cubrir todas las necesidades: “Nuestras actividades en atención pediátrica, neonatal y obstétrica son solo una gota en el océano de enormes necesidades médicas en Gaza”.
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