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El Fondo Monetario Internacional proyecta un crecimiento del 2,4% para España en 2024

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MADRID, 16 (EUROPA PRESS)

La economía española crecerá un 2,4% este año, según las nuevas previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha revisado medio punto porcentual al alza su anterior estimación para España, que se destaca así como la gran economía europea con mejores perspectivas de expansión.

De cara al próximo año, la institución con sede en Washington ha mantenido sin cambios su previsión del pasado mes de abril de crecimiento del PIB de España del 2,1%, lo que mantendría al país a la cabeza de la recuperación en Europa.

De este modo, las nuevas previsiones del FMI coinciden con la proyección de crecimiento del PIB en 2024 anunciada este martes por el Gobierno y se sitúa una décima por debajo que el 2,2% pronosticado por el Ejecutivo para 2025.

La revisión de las perspectivas de crecimiento para España forma parte de la actualización de previsiones publicada este martes por el FMI, que ha mantenido sin cambios su pronóstico de crecimiento del 3,2% este año para la economía global, pero ha mejorado una décima, hasta el 3,3% la estimación para 2025.

Entre las economías avanzadas, la institución mantiene sin cambios su expectativa de que el crecimiento aumente este año un 1,7% y un 1,8% el siguiente, a pesar de revisar una décima a la baja la expansión prevista para Estados Unidos en 2024, hasta el 2,6%, mientras que reitera su pronóstico de crecimiento del 1,9% para 2025.

En el caso de la zona euro, las nuevas proyecciones del FMI contemplan una expansión del PIB del 0,9% en 2024, una décima más de lo esperado en abril, y mantienen en el 1,5% la previsión para 2025.

En concreto, Alemania crecerá un 0,2% este año y un 1,3% en 2025, en línea con lo anticipado, mientras que Francia ve mejorada dos décimas, al 0,9%, su expansión prevista para 2024, pero recorta una décima, hasta el 1,3%, la de 2025. En el caso de Italia, el FMI prevé una expansión del 0,7% este año y del 0,9% el siguiente, lo que supone una mejora de dos décimas en 2024 y mantener estable su anterior previsión para 2025.

Entre las economías emergentes, la institución anticipa un crecimiento del PIB del 4,3% este año y el próximo, mejorando así en una décima sus respectivos pronósticos del pasado mes de abril, después de mejorar en cuatro décimas para cada uno de los ejercicios sus pronósticos para China, con un crecimiento del 5% en 2024 y del 4,5% en 2025.

Las proyecciones del FMI han tenido en cuenta las revisiones al alza de los precios de las materias primas, incluyendo una caída menos pronunciada de lo estimado anteriormente de los precios de las materias primas energéticas, lo que refleja los elevados precios del petróleo ante los profundos recortes de la OPEP+ y la presión sobre los precios del conflicto de Oriente Próximo.

Por otro lado, la institución sigue esperando que los tipos de interés de los principales bancos centrales disminuyan en la segunda mitad de 2024, aunque subraya que la divergencia en el ritmo de normalización reflejará las diversas circunstancias inflacionarias.

En general, el FMI considera que los riesgos para las perspectivas siguen equilibrados, aunque avisa de que algunos riesgos a corto plazo han ganado importancia, incluyendo riesgos al alza para la inflación que se derivan de la falta de progreso en la desinflación de los servicios y las presiones sobre los precios que emanan de renovadas tensiones comerciales o geopolíticas.

“La escalada de las tensiones comerciales podría aumentar aún más los riesgos a corto plazo para la inflación al aumentar el coste de los bienes importados a lo largo de la cadena de suministro”, señala en su informe.

Asimismo, advierte de que “el mal uso de políticas orientadas hacia el interior y domesticamente compromete la capacidad de abordar desafíos globales”, como el cambio climático, respecto de los cuales la cooperación y el comercio multilaterales son vitales.

Estas políticas también suelen ser inadecuadas para abordar cuestiones internas, ya que aumentan las presiones fiscales y corren el riesgo de sufrir mayores distorsiones, como una mala asignación de recursos.

“Por lo tanto, todos los países deberían reducir el uso de medidas que distorsionan el comercio y, en cambio, esforzarse por fortalecer el sistema de comercio multilateral”, concluye.


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