MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
El expresidente de Perú Alberto Fujimori (1990-2000) ha sido ingresado la pasada noche en un clínica de Lima, la capital, para realizarle una biopsia, según ha revelado su hija, la líder de Fuerza Popular y varias veces frustrada candidata presidencial, Keiko Fujimori.
“En nombre de mi familia, informo que anoche mi padre fue internado en la Clínica Delgado para prepararlo y realizarle una intervención quirúrgica que tiene relación con su lesión en la lengua”, ha contado Keiko Fujimori a través de un mensaje en sus redes sociales.
Fujimori ha contado que su padre, de 85 años, tiene un “tumor maligno en la base de la lengua con probable metástasis cervical derecha”, por lo que se le realizará un “examen bajo anestesia general y biopsia en sala de operaciones”.
“El objetivo de esta intervención es realizar una biopsia que nos permita confirmar la naturaleza exacta de ese mal. Los resultados de la biopsia tomarán varios días todavía”, ha dicho.
“Mi padre y todos nosotros confiamos en que, una vez más, podrá sobreponerse y recuperarse. Vamos a esperar estos resultados en familia”, ha expresado Fujimori, quien ha querido agradecer las muestras de apoyo de todos aquellos “aprecian” al expresidente, quien recientemente se benefició de una controvertida medida de gracia que le sacó de la cárcel debido a su estado de salud.
En diciembre de 2023, el Tribunal Constitucional ordenó su salida de prisión atendiendo así a sus demandas por cuestiones de salud, a pesar de las denuncias de varios organismos, entre ellos la Corte Interamericana de Derechos Humanos, cuando cumplía una pena de 25 años por las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta.
En 2017 el presidente Pedro Pablo Kuczynski le concedió un indulto humanitario, pero finalmente fue cancelado apenas unos meses después, ya en 2018, por la Justicia peruana después de que se demostrara que fue concedido a cambio de los votos de Fuerza Popular contra la moción de censura de éste.
Además de esta condena, Fujimori tiene por delante otro proceso penal, junto a varios de sus ministros de Salud, por las esterilizaciones forzosas a casi 350.000 mujeres y 25.000 hombres de diferentes comunidades indígenas durante su mandato.
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