MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
El ex primer ministro de Pakistán Imran Jan ha convocado una marcha multitudinaria para los simpatizantes de su partido en la capital del país, Islamabad, para protestar por la inhabilitación de la que fue objeto el pasado viernes por supuestas prácticas corruptas.
En una rueda de prensa, Jan ha anunciado que él mismo dirigirá una manifestación que comenzará en Lahore –la segunda ciudad más poblada del país– a las 11.00 hora local, y terminará en Islamabad, a unos 370 kilómetros de distancia.
El exmandatario ha avisado que su camino termina en la capital. “La nación llegará a Islamabad desde todo Pakistán. Predigo que este será el mayor mar de personas de la historia del país”, ha afirmado.
Jan ha aclarado que esta marcha no se limitaba a la política, sino que es una “guerra por el futuro de Pakistán”. “Esto es algo mucho más allá de la política, es una guerra por la libertad de estos ladrones que nos han impuesto”, ha asegurado, antes de matizar que se trata de una protesta pacífica en la que no “infringirían la ley”.
“Hemos dado instrucciones a todos para que permanezcan en paz (…) Pase lo que pase en Islamabad, será de acuerdo a lo que los tribunales nos han permitido”, ha reiterado.
Asimismo, Jan ha querido dejar claro que el objetivo de la marcha es que la toma de decisión de quién encabece el país la tome el público.
“Queremos que la gente tome la decisión. Hoy hago un llamamiento a toda la nación para que decidan (…) si queremos seguir este camino de convertirnos en un país libre o servir a estos ladrones”, ha expresado.
La decisión de la Comisión Electoral de Pakistán (ECP), válida por cinco años, es otro episodio más de la larga crisis política que tiene en su epicentro al ex primer ministro, depuesto en moción de censura el pasado mes de abril por lo que considera una conspiración internacional al servicio de su gran enemigo político, el también ex primer ministro Nawaz Sharif.
La Comisión abrió la puerta al procesamiento penal de Jan por no desvelar los detalles de los regalos que recibió durante su etapa en el poder de gobiernos extranjeros, a pesar de la existencia de una institución específica responsable de canalizar estas entregas.
Jan reaccionó a la medida indicando que la ECP le había descalificado de una manera totalmente ilegal e inconstitucional.
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