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El etarra ‘Txeroki’ se enfrenta a 32 años de cárcel en el juicio que arranca este martes por un atentado de 2002

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Está condenado y preso en Francia, que lo ha entregado temporalmente a España para que responda por este y otros casos de ETA

MADRID, 13 (EUROPA PRESS)

La Audiencia Nacional (AN) juzga desde este martes al etarra Garikoitz Aspiazu Rubina, alias ‘Txeroki’, para el que la Fiscalía solicita 32 años de cárcel por un atentado cometido en 2002 en Bilbao con un coche-bomba que ocasionó heridos de carácter leve, así como más de un millón y medio de euros en daños materiales.

En agosto, Francia entregó a España a ‘Txeroki’ para que sea enjuiciado por este atentado y comparezca por otras causas. Fuentes policiales confirmaron a Europa Press que el que fuera dirigente de ETA permanecerá recluido en la cárcel madrileña de Soto del Real.

La Fiscalía lo considera autor de los delitos de estragos terroristas, robo y hurto de vehículo con intimidación y fines terroristas, y detención ilegal con iguales fines. Y además de los 32 de cárcel, reclama 75 años de inhabilitación absoluta, según su escrito de conclusiones provisionales, recogido por Europa Press.

El fiscal plasma en el escrito que el coche-bomba estalló en torno a las 13.45 horas del 12 de enero de 2002, hiriendo de manera leve a algunas personas y provocando “múltiples” daños materiales en viviendas, vehículos y establecimientos de los alrededores. ETA reivindicó la autoría del atentado el 4 de abril de ese mismo año.

Colocado por el ‘comando K-Olaia’, del que formaba parte entonces ‘Txeroki’, en el coche había un artefacto compuesto por 30 kilos de explosivo tipo dinamita y un sistema de activación por temporizador, con un seguro de armado y dos detonadores eléctricos en paralelo.

INDEMNIZACIÓN MILLONARIA

El coche-bomba se lo habían robado, una hora antes de hacerlo explotar, a una persona, a la que “dos varones” se presentaron “en nombre de ETA”, lo amenazaron con una pistola y le obligaron a meterse en la parte trasera, le pusieron una capucha y le ataron las muñecas con cuerdas, diciéndole que colaborase con ellos.

Minutos después, y cuando habían conducido tan solo unos cuantos metros, bajaron al rehén del vehículo y lo ataron a un árbol, “permaneciendo así durante un periodo de tiempo aproximado de dos horas, hasta que fue liberado por varios agentes de la Ertzaintza, a las 15.15 horas, aproximadamente”, se apunta en el escrito fiscal.


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