MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
Un estudio, publicado en ‘Nature Communications’, realizado por el Hospital de Ottawa (Canadá) con 14 astronautas sugiere que, aunque los viajes espaciales agotan los glóbulos rojos y los huesos, el cuerpo puede reponerlos en la Tierra con ayuda de la grasa almacenada en la médula ósea.
“Descubrimos que los astronautas tenían una cantidad significativamente menor de grasa en la médula ósea aproximadamente un mes después de regresar a la Tierra”, ha explicado el autor principal del estudio, médico rehabilitador e investigador del Hospital de Ottawa y profesor de la Universidad de Ottawa, Guy Trudel.
“Creemos que el cuerpo está utilizando esta grasa para ayudar a reemplazar los glóbulos rojos y reconstruir el hueso que se ha perdido durante el viaje espacial”, ha añadido Trudel.
Este estudio se basa en la investigación previa de Trudel que demostró que durante los viajes espaciales, los cuerpos de los astronautas destruían un 54 por ciento más de glóbulos rojos de lo que lo harían normalmente en la Tierra, dando lugar a lo que se conoce como ‘anemia espacial’.
Esta investigación forma parte de ‘MARROW’, un experimento realizado en Ottawa que estudia la salud de la médula ósea y la producción de sangre en el espacio, con financiación de la Agencia Espacial Canadiense.
“Afortunadamente, la anemia no es un problema en el espacio cuando el cuerpo está ingrávido, pero al aterrizar en la Tierra y, potencialmente, en otros planetas o lunas con gravedad, la anemia afectaría a la energía, la resistencia y la fuerza y podría poner en peligro los objetivos de la misión”, ha destacado Trudel, al tiempo que ha resaltado que “si se puede averiguar exactamente qué controla esta anemia, podríamos mejorar la prevención y el tratamiento”.
El nuevo estudio incluyó resonancias magnéticas de la médula ósea de los astronautas en múltiples momentos antes y después de una misión de seis meses en la Estación Espacial Internacional.
Los investigadores observaron una disminución del 4,2 por ciento en la grasa de la médula ósea aproximadamente un mes después de regresar a la Tierra. Esta disminución volvió gradualmente a los niveles normales y estuvo estrechamente relacionada con el aumento de la producción de glóbulos rojos y la restauración del hueso.
“Como los glóbulos rojos se producen en la médula ósea y las células óseas la rodean, es lógico que el cuerpo utilice la grasa local de la médula ósea como fuente de energía para alimentar la producción de glóbulos rojos y hueso”, ha explicado el investigador.
El estudio también sugiere que los astronautas más jóvenes pueden tener una mayor capacidad para aprovechar la energía de la grasa de la médula ósea, y que la grasa de la médula ósea de las mujeres astronautas aumentó más de lo esperado después de un año.
Como médico rehabilitador, la mayoría de los pacientes de Trudel son anémicos y han perdido masa muscular y ósea tras haber estado enfermos durante mucho tiempo con movilidad limitada. La anemia dificulta su capacidad para hacer ejercicio y recuperar masa muscular y ósea.
“Tengo la esperanza de que esta investigación ayude a la gente a recuperarse de la inmovilidad tanto en la Tierra como en el espacio. Nuestra investigación también podría arrojar luz sobre enfermedades como la osteoporosis, el síndrome metabólico, el envejecimiento y el cáncer, que se asocian a aumentos de grasa en la médula ósea”, ha finalizado Trudel.
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