El museo abre la muestra ‘La memoria colonial’, con 58 obras de la colección que abordan temas como la construcción racial o el esclavismo
MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
El director del Museo Thyssen-Bornemisza, Guillermo Solana, ha reivindicado este lunes durante la presentación de la muestra ‘La memoria colonial’ la política de descolonización de los museos, asegurando que es un proceso que “viene de hace muchos años” y no está relacionado con políticas del Gobierno, del que no ha recibido “nunca una instrucción directa”.
“Este debate comienza cuando algunos de los aquí presentes aún no habían nacido y mucho menos se debe a una coyuntura política actual, pero en España se interpreta todo en clave política. A veces se presenta la descolonización como un intento de introducir sesgos políticos en la Historia, pero es todo lo contrario”, ha señalado Solana en un acto en el auditorio del museo.
Recientemente se conoció que Solana se presentaba a las elecciones europeas en la lista de candidatos de Sumar, si bien en última posición -y sin opciones de salir elegido como eurodiputado-. El director artístico de la pinacoteca ha negado que esto haya influenciado sus decisiones al frente del Thyssen y, en ningún caso, en relación con la política de descolonización.
“Esto viene de atrás, se ha desarrollado antes de saber qué Gobierno se iba a formar y quien sugiera que la exposición se debe a una coyuntura actual que ha dado instrucciones, o bien es un ignorante o bien actúa de mala fe”, ha lamentado Solana, quien además ha reconocido que no ha tenido todavía “contacto personal” con el actual ministro de Cultura, Ernest Urtasun.
En su introducción a la explicación de la muestra, Solana también ha criticado que en España “parezca” que el debate sobre la descolonización de los museos es “algo de ayer mismo”, y también ha insistido en que no se trata únicamente de “identificar objetos traídos de fuera para su restitución”.
Precisamente, al ser preguntado sobre la similitud de estas devoluciones con la situación del museo en el proceso judicial por un Pissarro, que es reclamado por una familia judía alegando que fue expropiado por los nazis, Solana ha dicho que no guarda relación con estos casos de descolonización.
“Si hubiéramos tenido un Pissarro pintado en colonias, lo habríamos expuesto, pero por muchas vueltas que se dé no parece que guarde relación”, ha ironizado, apuntando también al papel de los medios de comunicación en este proceso. “Descolonizar no es sinónimo de restituir, pero esto no es inocente y se promueve esa identificación para provocar alarma con una supuesta dilapidación de patrimonio”, ha concluido.
PICASSO O GAUGUIN Y LA “APROPIACIÓN CULTURAL”
En ‘La memoria colonial en las colecciones Thysen-Bornesmiza’, que estará abierta al público hasta el próximo 20 de octubre, se incluyen 58 obras de las colecciones históricas del museo y 17 piezas contemporáneas procedentes de la colección de TBA21. Comisariada conjuntamente por Juan Ángel López-Manzanares, Alba Campo, Andrea Pacheco y Yeison García, la exposición pone de relieve las consecuencias del colonialismo iniciado en el siglo XVI y su presencia en la iconografía occidental.
Dividida en seis bloques, la muestra aborda distintas temáticas como el extractivismo y la apropiación, la construcción racial, el esclavismo, la sexualidad o el cimarronaje y los derechos civiles. La primera obra de la exposición está en el ‘hall’, en su emplazamiento habitual: ‘Vista de la Carrera de San Jerónimo y el Paseo del Prado con cortejo de carrozas’ (1680), de Jan van Kessell III, en la que se puede comprobar la presencia de africanos en el centro de Madrid en el siglo XVII.
A partir de ahí, surgen numerosas obras destacadas de la colección con una conexión colonial más o menos evidente. Por ejemplo, en ‘Jinete árabe’ (1854), de Eugène Delacroix; ‘Cabeza de muchacha’, de Paul Gauguin o ‘Estudio para la cabeza de ‘Desnudo con paños’, de Picasso, estas dos últimas ejemplos de “apropiación cultural”, según los comisarios.
También destacan ‘Grupo familiar en un paisaje’ (1645-1648), de Frans Hals, con un adolescente africano que debió trabajar como sirviente; ‘El paisaje sudamericano’ de Edwin Church -obras de “carácter arcádico ajenas a la violencia de la dominación colonial”- o, ya en la actualidad, la pieza del artista palestino Taysir Batniji, que alude “con ironía y crítica política” a la ocupación israelí en Gaza.
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